sábado, 4 de octubre de 2008

Ahora sólo queda esperar , tras la firma de Bush, al plan de rescate

WASHINGTON.- Después de dos semanas de un debate angustiante, el Congreso aprobó y el presidente George W. Bush firmó un plan enorme para salvar al sector financiero y a la economía en general de una caída libre inconcebible. Ahora el mundo aguanta la respiración, a la espera de ver si funcionará.

La aprobación del paquete de rescate financiero por 700.000 millones de dólares ocurrió después que durante una reunión el mes pasado, el secretario del Tesoro estadounidense Henry Paulson exhortó a los líderes del Congreso a que actuaran de inmediato, advirtiendo que de lo contrario habría un desplome económico.

Después de la culminante votación del viernes por la Cámara de Representantes, Paulson dijo que él ya tenía personal trabajando en los detalles y que conversaba con consejeros fuera del gobierno para hacer que el dinero vuelva a fluir por las venas del sistema financiero.

La respuesta inicial a la votación de la cámara baja, que fue de 263-171, no fue prometedora.

Wall Street, que el lunes pasado se desplomó un récord de 778 puntos después que la Cámara de Representantes rechazó la iniciativa de ley, perdió 157 puntos el viernes mientras nuevas noticias económicas malas, como la de un salto en la pérdida de empleos, pesó más en el ánimo de los inversionistas que la noticia del Congreso acudiendo finalmente al rescate.

Bush se mostró alentado por el resultado, pero habló cautamente sobre el futuro de la economía.

"Aunque estos esfuerzos serán eficaces, también tomarán tiempo para aplicarse", dijo Bush el sábado en su discurso semanal de radio.

"Mi administración se moverá tan rápidamente como sea posible, pero los beneficios de este paquete no se sentirán de inmediato por completo. El gobierno federal emprenderá este plan de rescate a un ritmo cuidadoso y premeditado para asegurarse que los dólares de sus impuestos se están gastando sabiamente", agregó.

Bush reconoció que los estadounidenses están nerviosos por el futuro de sus finanzas personales y sostuvo que el nuevo paquete les ayudará.

"Estoy seguro de que al hacer que nuestros mercados se vuelvan a mover, ayudaremos a desbloquear la clave hacia la continuación de nuestro éxito económico: el espíritu de empresa de los estadounidenses", dijo.

La nueva legislación le da amplios poderes al gobierno para comprar inversiones devaluadas relacionadas con hipotecas y otros activos afectados de las instituciones financieras endebles.

La esperanza es que restaurará la confianza en los mercados y descongelará el estrechamiento en la disponibilidad de créditos, que ha empezado a afectar la capacidad de los bancos de prestar, de los negocios para obtener dinero para nóminas e inversiones y de los individuos para conseguir crédito para una casa o un automóvil.

La legislación, en otro esfuerzo por ayudar a los bancos menores con problemas graves de liquidez, también elevó el techo en los depósitos asegurados por el gobierno federal, de los 100.000 dólares a los 250.000 dólares por cuenta.

La nueva ley también aumenta la supervisión federal a las transacciones de Wall Street y asegura que los directivos cuyas compañías se beneficiarán del salvamento no se beneficiarán con pagos grandes.

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