domingo, 5 de octubre de 2008

Bush saluda la aprobación del plan advirtiendo de que la mejora tardará

WASHINGTON.- El presidente estadounidense, George W. Bush, saludó la aprobación del plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares en el Congreso, pero advirtió de que la mejora no será inmediata.

El Senado aprobó el miércoles 'Ley de estabilización económica de emergencia 2008', mientras que la Cámara de Representantes lo hizo el viernes, tras rechazar una versión anterior del proyecto el lunes. Bush promulgó inmediatamente la ley.

La medida confiere al Tesoro estadounidense "las herramientas necesarias para lidiar con el problema en nuestro sistema financiero", dijo Bush en su programa de radio semanal.

"Ahora comienza el juego difícil", titulaban al unísono el New York Times y el Washington Post.

"Es una de las mayores empresas de gestión de activos del mundo, con un importante tesoro de guerra de 700.000 millones de dólares. Nada menos que la economía mundial depende de su éxito", publicaba el NYT, "y el Tesoro estadounidense tiene apenas un mes para hacerlo funcionar", antes de las elecciones del 4 de noviembre.

Para el WSJ, si la nueva ley da "una oportunidad para que se detenga el pánico financiero de los últimos 14 meses", "el pánico no cesó y la perspectiva de una recesión económica no va a ayudar".

No mucho más optimista, el Post estimaba que "de ninguna manera el voto de ayer (viernes) asegura que el problema está resuelto".

Para intentar tranquilizar a los estadounidenses y los mercados, Bush advirtió de que "llevaría tiempo" hasta que los efectos de la ley se hagan sentir. "Al tomar todos estos pasos, podemos comenzar a poner nuestra economía en camino hacia la recuperación. Aunque estas medidas serán efectivas, también tomará tiempo ponerlas en práctica", dijo Bush en su alocución radial.

"Mi gobierno se moverá lo más rápido posible, pero los beneficios de este paquete no se sentirán de inmediato. El Gobierno federal ejecutará este plan de rescate a un ritmo cuidadoso para asegurar que el dinero de los impuestos sea gastado sabiamente", añadió.

Bush, quien había calificado el plan como "esencial para ayudar a la economía estadounidense a sobrevivir a la crisis financiera", aseguró que el costo final para los contribuyentes será "mucho menos" de 700.000 millones de dólares, porque con el paso del tiempo el valor de los activos que compre el gobierno "probablemente se aprecie".

La deuda de Estados Unidos debería, sin embargo, verse agrandada. La agencia de notación Fitch advirtió que "la deuda del gobierno (de Estados Unidos) sobrepasaría el 70% del PBI por primera vez desde los años 1950".

Y la Bolsa de Nueva York, agotada de tanto esperar al plan y su adopción, se agitó con una volatilidad que alcanzó niveles impresionantes. Wall Street cerró la semana con una bajada del 1,50%, al volver a cobrar importancia los temores de recesión en los corredores.

"Espero que el largo camino que recorrimos nos permita restablecer la confianza en nuestros mercados", declaró el senador demócrata James Clyburn.

Pero si el secretario del Tesoro, Henry Paulson, prometió que actuaría "metódicamente" y rápidamente, la complejidad de la puesta en práctica del plan podría retrasar de varias semanas las primeras compras de activos bancarios en problemas.

Después de un encuentro a puertas cerradas con sus recolectores de fondos en la petrolera ciudad de Midland, oeste de Texas, el sábado, Bush hizo con su esposa Laura un alto no programado en la casa que habitó durante su niñez, ahora convertida en museo, en momentos en que su popularidad alcanza los picos más bajos.

En Midland aseguró a sus amigos de la infancia que era la misma persona que conocieron antes de que fuera presidente: "Ahora soy más sensato, tengo más experiencia, pero mi corazón y mis valores no cambiaron", aseguró.

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