viernes, 17 de octubre de 2008

Bush tranquiliza al mundo pero admite que es necesaria una reforma

WASHINGTON.- El presidente estadounidense, George W. Bush, aseguró este viernes que al plan de ayuda a los bancos le "llevará un tiempo" pero acabará teniendo efectos positivos para la economía, aunque admitió como necesaria una nueva reglamentación financiera en su país.

"Las acciones tomarán más tiempo para tener un pleno impacto. Le tomó un tiempo al sistema de créditos congelarse; le llevará un tiempo al sistema de créditos descongelarse", dijo Bush en un discurso en la Cámara de Comercio estadounidense.

A tan solo 18 días de las elecciones presidenciales, George.W Bush dijo que quien ocupe la Casa Blanca a fines de enero tendrá que "asegurarse de que esta situación no se repita nunca" mediante la modernización de la regulación bancaria estadounidense.

Citando el plan general del secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, y "buenas sugestiones" de otros, Bush declaró que "promulgar estas ideas bajo forma de leyes debe ser una prioridad para el próximo presidente y el próximo Congreso".

En medio del malestar por la compra de activos de bancos estadounidenses por el Gobierno, especialmente en el flanco derecho del partido republicano, Bush defendió la decisión como un "último recurso" y negó que hubiese dado "un paso hacia la nacionalización de los bancos".

"Simplemente ese no es el caso. Este programa está diseñado con fuertes protecciones para garantizar que la participación del gobierno en los bancos minoristas se encuentre limitada en tamaño, alcance y duración", dijo el presidente estadounidense.

Al mismo tiempo, Bush dijo que había tomado "medidas sistemáticas y agresivas" y que estas "eran lo suficientemente amplias y enérgicas para funcionar, y que el pueblo estadounidense podía confiar en que lo harán".

El discurso de Bush tiene lugar un día antes de que reciba al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y al jefe de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, en la residencia de Camp David para discutir sobre la crisis financiera mundial.

El presidente estadounidense se unió a la propuesta de Sarkozy, cuyo país ostenta la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE), para una cumbre mundial de emergencia, reunión esperada para fines de noviembre aunque aún no tiene fecha.

Bush no hizo referencia a la petición de Sarkozy de una regulación total del sistema financiero internacional, pero dijo que "nuestra economía del siglo XXI sigue estando regulada por leyes promulgadas en el siglo XX".

"Nuestros socios europeos están tomando medidas enérgicas. Muestran al mundo que están decididos a superar juntos este desafío. Y tienen el total apoyo de Estados Unidos", añadió Bush.

Tras su discurso, los índices de Wall Street cayeron a la apertura de la Bolsa debido a un reporte negativo sobre la construcción de viviendas, que alentó la toma de beneficios, un día después de una fuerte recuperación de la Bolsa.

El índice industrial Dow Jones cayó 222,94 puntos (2,48 %) a 8.756,32 en los primeros intercambios del día tras un espectacular rebote que impulsó más de 400 puntos el índice blue-chip.

La acción del mercado ocurrió tras darse a conocer un reporte que muestra que la construcción de viviendas cayó un 6,3 % adicional en septiembre, a su nivel más bajo desde 1991.

La Casa Blanca dijo el jueves que es demasiado pronto para decir dónde y cómo deberían reunirse los líderes mundiales o si los candidatos presidenciales deberán tomar parte en las reuniones, y restó importancia a las próximas conversaciones de Camp David.

"No esperaría mucho de ellas. No espero ningún anuncio de nuevas medidas. No espero que se anuncien fechas para próximas reuniones", dijo la portavoz Dana Perino.

"Pienso que será tan solo la oportunidad para ellos (Bush, Sarkozy y Barroso) de continuar con las discusiones que están llevando a cabo desde el principio" de la crisis, dijo Perino.

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