Agustín Carstens indicó que la jornada se abrirá en medio de una posición en que el gobierno será "más enérgico" para evitar que maniobras especulativas vuelvan a remecer el mercado cambiario mexicano como acaban de hacerlo, y garantizar que en todas las operaciones los bancos y empresas sigan "las reglas de transparencia".
Carstens dijo que la volatilidad de la semana pasada estuvo asociada "en un altísimo porcentaje" a operaciones que hizo un grupo de empresas mexicanas con instrumentos derivados, que son altamente especulativos.
En declaraciones a reporteros mexicanos en Washington, donde participa en la asamblea de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, explicó que esas operaciones "implicaron tomar posiciones cortas que al momento de cubrir generaron esa volatilidad".
Lo que se vio en el mercado mexicano "no tuvo nada que ver con el entorno o un debilitamiento de la economía sino simplemente con el objeto de, a través de unas maniobras especulativas (de algunas empresas), obtener utilidades", dijo.
Como parte de las acciones del gobierno, el Banco de México vendió entonces un récord de 6.400 millones de dólares para reflotar el peso, que nominalmente cedió hasta un 30% frente al dólar. Luego de cerrar en el nivel de los 12 pesos, la moneda mexicana se apresta a iniciar el lunes una nueva jornada que, según Carstens, no debería tener los mismos sobresaltos.
Dijo que durante el fin de semana la Secretaría de Hacienda y la Comisión de Banca y Valores han estado trabajando con todos los bancos para determinar el monto total de esas operaciones, "hacer un inventario de ellas y ver cuántas todavía quedan, y que aparentemente ya no son muchas".
"Por lo tanto, cuando menos por esta fuente debería esperarse que no hubiera tanta volatilidad la siguiente semana", afirmó.
Explicó que como parte de las investigaciones se establecerá si las empresas que hicieron las operaciones las regularon adecuadamente en los informes que deben proporcionar a la Bolsa Mexicana de Valores, y si los bancos mexicanos involucradas en ellas siguieron igualmente los procedimientos de ley.
"Es un problema muy bien detectado, que no refleja una debilidad macroeconómica y es estrictamente de orden especulativo", dijo Carstens, quien en la jornada presidió las sesiones del Comité de Desarrollo, el panel que fija las políticas del Banco Mundial. "Pensamos que una buena parte de toda la volatilidad que hemos visito debería ser pasajera".
Hizo notar, sin embargo, que México no está libre de los efectos de la crisis global del crédito porque se encuentra en "una posición de fuerza", por su cercanía a Estados Unidos.
Poco antes, en una intervención ante una organización de banqueros, el presidente del Banco de México, Guillermo Ortiz, dijo que las naciones ricas "necesitan aprender" de la crisis mexicana de 1995 y adoptar acciones más amplias y drásticas para restaurar la confianza en los mercados.
Indicó que las economías de los mercados emergentes, especialmente de Europa central y Latinoamérica, se han visto ya afectadas por un "daño bastante importante" que puede agravarse si la crisis del crédito global no se resuelve pronto.
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