Según la nota divulgada al fin del encuentro, los ministros "reafirmaron la convicción de que la profundización de la integración regional y el fortalecimiento de los lazos comerciales y de cooperación financiera pueden contribuir de forma decisiva a la manutención del crecimiento".
"Esta reunión marcó el inicio de un proceso, donde hemos intercambiado experiencias sobre las medidas de nuestros países ante la crisis y buscar aproximar posiciones sobre cómo actuar en el futuro", apuntó al fin del encuentro el ministro de Brasil, Celso Amorim.
Para Amorim, la clave es preservar "los avances de la integración" y avanzar en la ampliación del comercio, idea defendida con energía por la mayoría de los funcionarios presentes.
"Lo peor que nos puede pasar es que por causa de la crisis volvamos a mecanismos que usábamos en los años 60, que volvamos a un proteccionismo añejo. En vez de proteccionismo, abramos nuestras economías", insistió por su parte el ministro de Exteriores de Chile, Alejandro Foxley.
En tanto, el ministro argentino, Jorge Taiana, destacó que "la reunión fue excelente y sirvió para que cada país muestre lo que ha estado haciendo y analice el impacto de la crisis en sus economías. Como siempre, la respuesta es más integración".
Otro punto central de las discusiones fue la reforma de las instituciones financieras internacionales, así como la adopción de una reglamentación "prudencial" de los mercados de capitales.
La declaración final de la reunión de ministros de Exteriores y de Hacienda de los miembros plenos del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y otros seis países sudamericanos (Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia), menciona la necesidad de "una reforma profunda y amplia" de la "arquitectura financiera internacional".
"En los últimos seis años Argentina ha pedido, en todos los foros internacionales, la reforma de la arquitectura financiera internacional. Lamentamos mucho que la realidad nos haya dado la razón de una manera tan brusca", apuntó Taiana.
A su vez, Foxley defendió que organismos regionales como la Comunidad Andina de Fomento (CAF) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) asuman la responsabilidad de inyectar liquidez en la región.
"Es necesario que tengamos más apoyo financiero a las instituciones de la región, como la CAF y el BID, para que exportemos productos con valor agregado", dijo el diplomático chileno a la prensa tras la reunión.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, fue todavía más enfático y recordó: "Hace ya varios años que una delegación del FMI no pisa el suelo venezolano para decirnos lo que debemos hacer".
Maduro dijo que "el elemento central ahora es coordinar y acelerar la constitución de un sistema financiero del Sur, un sistema integral que permita dar respuestas a la crisis de hegemonía que vive el dólar".
La declaración final de la reunión insistió en que las naciones de la región "se encuentran en mejores condiciones" que en el pasado para enfrentar los desafíos de la crisis, y alertaron que medidas adoptadas en países donde la crisis se generó "representen costos adicionales para los países en desarrollo".
En este sentido, el ministro de Economía de Venezuela, Alí Rodríguez, dijo que la crisis financiera global "es literalmente un crimen contra la Humanidad. Porque esta crisis se pagará con incremento de la pobreza y del hambre.
Según la FAO (la organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación) ya son 800 millones de personas en el mundo que padecen hambre".
Amorim reveló que en la discusión "quedó claro que algunos países piensan que la crisis está en un proceso de estabilización y otros que piensan que se tornará más grave. Esto apenas muestra la riqueza de las discusiones".
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