La quiebra de los beneficios fue mayor de lo esperado por el mercado, debido al impacto negativo de 177 millones de euros de la participación financiera que tiene en el Banco Comercial Portugués (BCP), del que es accionista el Banco Sabadell.
El BPI precisa que, excluyendo los efectos de la participación en el BCP, su beneficio líquido consolidado fue de 211,4 millones de euros en los primeros tres trimestres, una caída del 15,3% respecto al mismo período del año anterior.
El margen financiero fue de 488,8 millones de euros y su ratio Tier I fue reforzado hasta el 8%. Además, el banco afirma que "tiene totalmente aseguradas" todas sus necesidades de refinanciación hasta finales de 2009.
El banco señala que sus pérdidas de crédito se mantienen en un "nivel reducido" de sólo un 0,21% en términos anuales, y asegura que tiene una exposición "muy reducida" a los mercados accionistas.
El BPI indica que desde la "eclosión de la crisis financiera" internacional, a partir del segundo semestre de 2007, la gestión del banco se ha mantenido enfocada en cuatro claras prioridades: el refuerzo de la capitalización del banco, manutención de una posición de liquidez confortable, defensa de la calidad de los activos y preservación de la relación con sus clientes.
Los resultados obtenidos, añade, "defienden decisivamente" el balance del banco y lo colocan en una situación financiera "sólida" para enfrentar un contexto actual de especial exigencia.
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