viernes, 10 de octubre de 2008

El 'crack' bursátil se profundiza y aumenta la presión para una acción mundial

LONDRES.- Las Bolsas mundiales entraron de nuevo en caída libre este viernes, intensificando la presión para que los principales líderes mundiales adopten medidas decisivas a fin de contener la peor crisis financiera desde la Gran Depresión que se inició en 1929.

Los mercados bursátiles, de Tokio a Londres, sufrieron nuevas caídas de vértigo antes de una reunión clave de los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete países más industrializados (G7) este viernes en Washington.

La Bolsa de Londres se hundía más del 10% antes de recuperarse levemente, la de Fráncfort también se desplomaba más de un 10% antes de reducir la sangría y la Bolsa de París perdía un 9,68%. La Bolsa de Madrid retrocedía un 7,85%.

La Bolsa de Tokio cerró con un declive del 9,62%, tras suspender brevemente algunas cotizaciones a futuro y el Nikkei tuvo su mayor caída desde el 'crack' de octubre de 1987.

La inyección fresca de 45.500 millones de dólares en los mercados monetarios japoneses no logró detener la hemorragia y la crisis se cobró su primera víctima en Japón, la aseguradora Yamato Life Insurance, que declaró la bancarrota.

Las acciones mundiales se han derrumbado en las últimas dos semanas desde que el colapso del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers en Estados Unidos centró la atención en los desastrosos créditos del mercado hipotecario del país.

Desde entonces los bancos centrales han gastado cientos de miles de millones de dólares tratando de mantener con vida a los mercados de crédito. Estados Unidos y Gran Bretaña han gastado masivas sumas en sus sistemas bancarios e Islandia está luchando contra la amenaza de una bancarrota nacional.

Justin Urquhart-Stewart, director de marketing de Seven Investment Management, con sede en Londres, dijo que el mundo se enfrenta en este momento a una "tormenta perfecta" con un sistema bancario en crisis y una economía mundial en dramática desaceleración.

"La conjunción de estas dos cosas está creando algo profundamente desagradable", indicó.

Sin señales de una solución mágica para frenar la crisis, crece la presión para emprender más acciones internacionales coordinadas.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que celebra el lunes su asamblea anual junto al Banco Mundial, llamó a los Gobiernos a trabajar juntos, y reactivó sus préstamos de emergencia, utilizados por primera vez para rescatar a economías en problemas durante la crisis financiera asiática en 1997.

Funcionarios estadounidenses indicaron en Washington que el país podría seguir los pasos de Gran Bretaña y comprar acciones de preferencia en bancos en dificultades, nacionalizándolos parcialmente, en un intento por aumentar la liquidez en los mercados crediticios.

Marc Chandler, analista de Brown Brothers Harriman, dijo que a pesar del negro contexto, el G7 aún cuenta con varias opciones.

"Hay una creciente especulación de que la reunión del G7 puede resultar en otra gran medida, que es la garantía de todos los préstamos interbancarios", dijo.

Una ola de recortes de emergencia de las tasas de interés, paquetes de rescate y masivas inyecciones de capital en los flujos monetarios no han logrado contener el pánico.

El jueves, el Banco Central Europeo (BCE) abrió una línea ilimitada de crédito para las instituciones sedientas de efectivo que estará disponible "el tiempo que sea necesario" y por lo menos hasta el 20 de enero de 2009.

Además, el BCE inyectó 100.000 millones de dólares en los mercados en créditos a un día, duplicando el monto ofrecido apenas dos días antes.

La crisis de confianza en los mercados y entre prestamistas es sostenida por los pronósticos crecientemente pesimistas para la economía mundial.

En su informe semestral, el FMI anticipó que Estados Unidos entrará en recesión este año, apenas crecerá en 2009 y corre el riesgo de que le vaya incluso peor de lo esperado debido a la actual incertidumbre.

En Brasil, el Banco Central volvió a inyectar dinero para sostener el real, como ya lo hicieron también México, Chile y Argentina, sugiriendo la existencia de una fuga de capital de la región.

Entre las principales monedas de la región y la Eurozona, el real acumula la mayor depreciación este año (-26%) frente al dólar, según un informe de la consultora Economática, que calcula en 16% las depreciaciones en México y Chile, y en 13% la de Colombia.

Las ventas de pánico el jueves en Wall Street hundieron los índices estadounidenses a nuevas profundidades. El Dow Jones se desplomó un 7,33% y terminó por debajo de 9.000 puntos por primera vez en cinco años.

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