jueves, 30 de octubre de 2008

El Estrecho de Gibraltar es la segunda zona con mayor ruido submarino del mundo

ALGECIRAS.- En las profundidades del Estrecho de Gibraltar a veces se registran estruendos de 180 decibelios, equivalentes al fragor que produce un cohete al despegar. Y ese ruido ensordecedor marca el límite del dolor que es capaz de soportar un delfín, una de las especies de cetáceos que habita aquellas aguas.

La causa de esa importante contaminación acústica es el incesante tránsito de buques de gran tonelaje -hasta 200 diarios- que hacen del Estrecho la segunda zona marítima más ruidosa del mundo. Sin embargo, delfines, calderones, yubartas, cachalotes y orcas siguen cazando y comunicándose en aquellas aguas, pese a las interferencias atronadoras de los grandes mercantes.

La anterior es una de la conclusiones que se desprenden de un mapa acústico submarino del Golfo de Cádiz y el Estrecho de Gibraltar que han levantado científicos del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña a partir de una investigación financiada por la Obra Social La Caixa. Con una clara vocación educativa, ayer se presentó en la Diputación Provincial.

Se trata de la primera experiencia de este tipo que se pone en marcha, dentro del programa La Caixa a favor del mar: la ruta del Íbero, que impulsa la fundación desde hace dos años con el objetivo de velar por la conservación de la biodiversidad marina.

Para levantar este mapa acústico han sido necesarios dos meses de navegación -506 millas náuticas- por la costa occidental andaluza a bordo del Íbero, uno de los veleros de la fundación, y 403 horas de grabaciones submarinas con hidrófonos (micrófonos submarinos) de arrastre y en 65 estaciones del Golfo de Cádiz.

Los expertos han medido el ruido generado por cinco tipos de embarcaciones: barcos de carga, cruceros y ferrys, pesqueros, embarcaciones de recreo a motor mayores de 20 metros y veleros o yates menores de esa eslora. Y esas mediciones se han cruzado con las intensidades y los perfiles sonoros de cinco especies de cetáceos presentes entre Isla Cristina y Tarifa: delfines, yubartas, calderones, orcas y cachalotes.

Gracias a un programa informático de simulación, el resultado permite oir y apreciar gráficamente cómo interfiere esta contaminación acústica en las intercomunicaciones contínuas entre los cetáceos.

"No se trata de proponer que se restrinja el tráfico marítimo en la zona, que es una importante fuente de riqueza, pero sí de monitorizar esos niveles de ruido y de concienciar de sus efectos a largo plazo sobre la biodiversidad marina", explicó Josep Alonso, coordinador del mapa acústico submarino.

En cualquier caso, el experto explicó que se están investigando medidas tecnológicas para minimizar el impacto ambiental de las salas de máquinas de los grandes cargueros, "tal y como se hace ya en los cruceros, donde el pasaje apenas si oye los motores en sus camarotes".

Junto con el Estrecho y el puerto de la Bahía de Algeciras, el entorno de las instalaciones portuarias onubenses es el que ha registrado mayores niveles de contaminación acústica submarina.

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