domingo, 12 de octubre de 2008

El Eurogrupo sigue el modelo británico ante la crisis

PARÍS.- No hubo sorpresas y el Eurogrupo aprobó un plan de acción contra la crisis a imagen del británico, tal y como pretendían la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Eurozona aprobaron capitalizar los bancos comunitarios en dificultades con fondos públicos y garantizar los préstamos interbancarios para reactivar este mercado, que en la actualidad se encuentra paralizado por la desconfianza entre las entidades.

"Estábamos decididos a mantener la banca porque su caída haría perder la solidez del sistema", celebró Sarkozy tras la cumbre. El presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, también mostró su "satisfacción" porque todos los países de la UE vayan a caminar "en una misma dirección" con esta "acción coordinada, unánime y fuerte".

"Un caso sin precedentes para enfrentarnos a una crisis sin precedentes", fue como definió el acuerdo alcanzado por los países de la zona euro el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, en rueda de prensa tras la firma del plan para reactivar un conjunto de medidas que funcionen como "motor de crecimiento" de la Economía.

El encuentro que se celebró hoy en París tampoco tenía precedentes. Hasta ahora, a las reuniones del Eurogrupo asistían los ministros de Economía de la moneda común, junto al comisario de Asuntos Económicos y Monetarios y el presidente del Banco Centra Europeo.

El plan aprobado sigue el modelo diseñado por el primer ministro británico, Gordon Brown, pero a diferencia de éste, consistente en 550.000 millones de euros, en las conclusiones no se recoge ninguna cifra de cuánto costará esta intervención. Cada Estado miembro actuará por su cuenta pero de manera coordinada con el resto de la UE.

Según explicó en rueda de prensa el líder del ejectivo galo y también presidente de turno de la UE, varios países, entre ellos Francia, Italia "y otros países miembros" pondrán en marcha mañana mismo sus respectivas medidas nacionales.

De esta forma, siguiendo los deseos expresados por Sarkozy, los líderes del Eurogrupo confirman su compromiso de "actuar de manera conjunta para restaurar la confianza y el funcionamiento adecuado del sistema europeo, con el objetivo de restablecer unas condiciones de financiación eficaces para la economía".

"Estábamos decididos a mentener la banca porque su caída haría perder la solidez del sistema", aseguró el presidente francés.

Este enfoque coordinado de los países del euro pretende garantizar unas condiciones apropiadas de liquidez para los bancos, facilitar su financiación, que actualmente está paralizada, permitir una recapitalización eficaz de los bancos con problemas, y asegurar una aplicación flexible de las reglas de contabilidad para tener en cuenta las excepcionales circunstancias del mercado. Este plan de "medidas vigorosas", "trata en toda su dimensión la crisis financiera", explicó Sarkozy, y proporciona los medios para que "siga habiendo actividad económica".

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que voló a París con urgencia en la tarde de hoy para asistir a la reunión (Por la mañana asistió al desfile con motivo de la celebración del Día de la Fiesta Nacional), también expresó su "satisfacción" en rueda de prensa porque "por fin el Eurogrupo se ha decidido a actuar conjuntamente".

Los gobiernos van a respaldar a la banca "porque de ello depende la salud y el futuro de nuestras empresas", "el empleo", "el futuro" y "los ahorros de los ciudadanos".

"En definitiva, que funcione la economía", resumió Zapatero. Hay que "recuperar la confianza" y eso "solo posible si los Estados ponen todos sus medios".

Zapatero también anunció que llamará al jefe de la oposición, Mariano Rajoy, mañana para fijar de "manera definitva" un encuentro en el que tratar el camino a seguir por España en esta metaria. Asimismo, indicó que seguramente "no será la única" reunión que mantengan, dado lo complejo del problema.

Los Quince se comprometieron a no dejar que quiebre ningún banco importante para el sistema financiero, recurriendo a las recapitalizaciones con fondos públicos si es necesario. Si un Gobierno decide inyectar dinero público en un banco deberá siempre salvaguardar los intereses de los contribuyentes y garantizar que los accionistas y los directivos asuman las consecuencias de la intervención.

Por lo que se refiere a la liquidez, los jefes de Estado y de Gobierno celebraron la reciente decisión del Banco Central Europeo (BCE) y de otros bancos centrales de rebajar medio punto los tipos de interés hasta situarlo en el caso de la eurozona en el 3,75%. No obstante, pidieron a los bancos centrales que sigan estudiando "todas las vías posibles para reaccionar de manera flexible a las actuales condiciones del mercado".

En cuanto a la garantía de los préstamos interbancarios, los Quince aseguraron que "actuarán de forma concertada y coordinada para mejorar el funcionamiento del mercado". El objetivo de esta iniciativa debe ser "solucionar los fallos concretos en las condiciones de refinanciación actuales".

Para ello, los Gobiernos proporcionarán una garantía durante un periodo limitado y en condiciones comerciales sobre los préstamos interbancarios. Dependiendo de la situación de cada país, esta garantía podría limitarse a sólo un determinado tipo de deuda bancaria. En todo caso, deberán evitarse las distorsiones en el mercado interior y los abusos a expensas de las entidades que no se beneficien de esta garantía.

En este sentido, el precio de tales instrumentos debe reflejar al menos su valor real en condiciones de mercado normales. Todos los bancos presentes en la eurozona, independientemente de su nacionalidad, podrán beneficiarse de manera no discriminatoria. Los Gobiernos podrán imponer condiciones adicionales a los beneficiarios para garantizar un apoyo adecuado a la economía real.

Finalmente, este esquema será limitado tanto en cantidad como en el tiempo, y se aplicará bajo una estricta supervisión de las autoridades financieras hasta el 31 de diciembre de 2009.

Los Quince aseguran además en las conclusiones que suministrarán a los bancos recursos de capital adicionales para garantizar una adecuada financiación de la economía. Este punto se ajusta al plan aprobado por el Gobierno, que consiste en un fondo de hasta 50.000 millones de euros para comprar activos no tóxicos a los bancos para que éstos tengan más liquidez.

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