sábado, 4 de octubre de 2008

El Gobierno francés apela a la "unidad nacional" para hacer frente a la crisis

PARÍS.- El primer ministro francés, François Fillon, apeló hoy nuevamente a la "unidad nacional" para hacer frente a la crisis desatada hace algo más de un año por las hipotecas 'basura' y la escalada del precio del petróleo y agudizada en las últimas semanas por la quiebra del quinto banco de negocios norteamericano, Lehman Brothers, que ha debilitado todo el sistema bancario internacional al quebrar la confianza de los mercados.

Aunque reiteró que los bancos franceses resisten mejor el embate de la crisis porque han asumido menos riesgos, admitió que la tormenta financiera que sopla del otro lado del Atlántico los debilita y les lleva a endurecer las condiciones para la concesión de créditos, ralentizando de paso el conjunto del tejido económico.

En este contexto, durante su intervención ante las Jornadas parlamentarias de la UMP que se celebraron en Antibes, en la Costa azul francesa, invitó a los franceses "sean de centro, de izquierdas o de derecha, a mostrar unidad" y pidió a la oposición mostrar voluntad de consenso de cara al debate que sobre la crisis financiera celebrará el Parlamento francés el próximo miércoles 8 de octubre.

Siguiendo las tesis del presidente Nicolas Sarkozy, Fillon defendió la necesidad de "refundar el sistema financiero y monetario internacional", establecer mecanismos de control del mercado, regular mejor las remuneraciones de los directivos para generar comportamientos "más responsables" e introducir una dosis de política en los asuntos económicos.

"Creemos en el capitalismo, que ha permitido el desarrollo de la civilización occidental y en la libertad de empresa porque son las que generan innovación y progreso y queremos animar los empresarios y, por ello, disuadir a los especuladores", alegó.

"Entre un capitalismo descarriado y el dirigismo socialista existe un campo político que debemos reclamar sin complejos con el objetivo de colocar a Francia en el campo del progreso", continuó Fillon.

Su intervención y las llamadas a la unidad nacional coincidieron con el dato de coyuntura del Instituto nacional de estadística y estudios económicos (Insee) que confirma la entrada de Francia en una situación de "recesión técnica", término empleado por el ministro de Presupuesto, Eric Woerth, después de que, durante buena parte de la jornada, los miembros del Ejecutivo hicieran filigranas para evitar pronunciar la palabra recesión.

El Insee prevé para el tercer y cuarto trimestre del año un crecimiento negativo (-0,1%) que añadido al dato del segundo trimestre, que registró una contracción del 0,3%, implican una recesión al encadenar al menos dos trimestres de crecimiento negativo, situación que Francia no vivía desde hace 15 años.

Fillon garantizó en todo caso que el Gobierno no renuncia al objetivo de lograr un "déficit público próximo a cero" en el año 2012 pese a la actual coyuntura económica para no "traicionar" los compromisos europeos de Francia.

El primer ministro desautorizó así al consejero especial del presidente, Henri Guaino, que ayer declaró que, frente a la crisis financiera actual, los criterios de Maastricht "no eran la prioridad de las prioridades".

La reacción de la ministra de Economía, Christine Lagarde, fue la urgencia es "restablecer la confianza" de los mercados financieros para que este mal dato de coyuntura sea "temporal", al tiempo que abogó por continuar las reformas estructurales para que la economía francesa se beneficie a medio plazo de un crecimiento sostenido.

Mientras, el primer secretario de los socialistas franceses, François Hollande, aseguraba en una entrevista que hoy publica 'Le Parisien' que la recesión está instalada en Francia desde principios de año y que eso quiere decir que las decisiones del presidente Sarkozy, especialmente las relativas a la fiscalidad, se ha demostrado "inapropiadas, ineficaces e injustas" y han amplificado la sacudida derivada de la crisis internacional.

Para mitigar el efecto de la crisis en el ciudadano de a pie, el Elíseo ha lanzado varios paquetes de medidas para apoyar al sector de la construcción y a las pymes, pero según un sondeo que hoy publica 'Le Parisien', los franceses no están del todo convencidos de los remedios propuestos en el Elíseo. Sólo cuatro de cada diez franceses confian en Nicolas Sarkozy para solucionar la situación, un punto menos que en septiembre.

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