jueves, 2 de octubre de 2008

El paro se extiende a toda la economía / Primo González

El aumento del paro ha vuelto a presentar cifras tremendas en el mes de septiembre, rozando de nuevo los 100.000 nuevos parados, una cifra que resiste todas las comparaciones históricas, ya que septiembre del pasado año, sin tener una economía boyante, el paro había experimentado la evolución contraria, es decir, una subida, del orden de los 11.000 parados menos.

Este año, con más de 95.000 nuevos parados, el panorama es radicalmente distinto, radicalmente peor. Hemos rebasado la barrera de los 2,6 millones de personas sin empleo y el horizonte de los 3 millones se presenta bastante cercano.

Hay un dato que resulta posiblemente significativo en la composición de los nuevos parados que han aparecido en el mes de septiembre. El sector servicios (en el que se integran sobre todo el turismo y el comercio) ha sido el responsable del 60% del desempleo generado en septiembre, lo que supone cuatro veces más parados en dicho mes que los que ha lanzado a las listas del desempleo el sector de la construcción.

En los últimos doce meses, el paro ha aumentado en unas 204.000 personas en el sector de la construcción (es decir, un 86%), pero en el sector terciario, el de servicios (quizás sobre todo en la actividad comercial), el aumento ha sido de casi 300.000 personas paradas, lo que representa un incremento de más del 24%.

El mayor desequilibrio entre parados del sector servicios y de la construcción, que ya es alto en los últimos doce meses, se ha agudizado drásticamente en septiembre, en el que la proporción ha sido de cuatro frente a uno a favor del sector servicios.

Si de ello se puede deducir que la crisis del sector de la construcción ha terminado básicamente su ajuste laboral, es algo que tendremos que ver en los meses venideros, pero el 86% de aumento del desempleo en la construcción pone de relieve que no debe quedar mucho más empleo en situación de próxima precariedad.

En el último año, las obras en el sector inmobiliario se han ido terminando y no han comenzado otras nuevas. Queda una parte de obras por terminar que tampoco tendrán continuidad, de forma que el desempleo en este sector puede seguir aumentando, pero quizás a ritmo más moderado.

La deducción posible de estas cifras deja entrever que lo que tenía más de genuino el frenazo económico español, el sector inmobiliario, ya ha hecho buena parte de su ajuste en empleo. Y que el nuevo desempleo que está apareciendo ahora obedece a la paralización progresiva del consumo privado a partir de la pasada primavera, cuya incidencia más fuerte se produce en el sector servicios.

Dado que el turismo ha ido más o menos como el año anterior, quizás se pueda deducir que ha sido el frenazo en el consumo privado el que ha impactado en el menor nivel de empleo en el sector del comercio. Bien es verdad que el aumento del paro en los servicios durante el mes de septiembre es habitualmente mayor, pero el de este año sobrepasa todas las cifras.

La desaceleración económica o la crisis económica que muchos anunciaban tras el verano, el duro regreso del mes de septiembre, nos ha ofrecido de esta forma sus evidencias más crueles de la mano del desempleo.

Si el sector terciario, el más poblado de la economía, empieza a expulsar mano de obra al paro, la cosa se presenta muy preocupante porque refleja la debilidad de todas las ramas de la actividad económica y no sólo la crisis del ladrillo, que había sido el motor del paro en los meses anteriores. Ahora ya no es posible mirar hacia otro lado o echarle la culpa al final de la fiebre inmobiliaria. El problema es mucho más profundo y está bastante más extendido.

Todos los indicadores de consumo se han ido derrumbando en los últimos meses. Los más recientes, los del sector del automóvil. Es de suponer que detrás de los servicios vendrá la industria, aunque el sector industrial tiene la vía de escape, quizás momentánea, de las exportaciones, que no son lo peor de la economía española en estos momentos sino uno de los escasos indicadores que, junto al turismo, nos está dando alguna satisfacción.

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