miércoles, 8 de octubre de 2008

El presidente de la Fed de Filadelfia advierte de que los bancos centrales "tienen límites"

NUEVA YORK.- El presidente de la Reserva Federal de Filadelfia y miembro del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal de EEUU, Charles Plosser, advirtió hoy de que las medidas de política monetaria que pueden adoptar los bancos centrales "tienen límites", por lo que no hay que sobreestimar las expectativas respecto a lo que las instituciones pueden hacer.

En el transcurso de una conferencia en el Consejo de Relaciones Internacionales, Plosser afirmó que "antes de ampliar drásticamente las responsabilidades de la Fed es importante reconocer que existen limitaciones respecto a lo que un banco central puede hacer, y esto tiene implicaciones sobre lo que un banco central debería hacer".

En este sentido, el presidente de la Fed de Filadelfia subrayó la importancia de establecer "expectativas razonables" respecto a las posibilidades de los bancos centrales.

"Tenemos que reconocer que un exceso de promesas puede erosionar la credibilidad de un banco central para cumplir cualquiera de sus objetivos, ya sea en política monetaria o estabilidad financiera", dijo Plosser.

A este respecto, Plosser consideró que la única cosa a la que una política monetaria sólida puede afectar a largo plazo es a la tasa de inflación y afirmó que los cambios en política monetaria pueden afectar a la economía real y al desempleo, pero sólo de manera temporal y con un considerable grado de incertidumbre.

"De hecho, el efecto de menores tipos de interés sobre la actividad económica puede no sentirse hasta 9 ó 18 meses. Tarde o temprano, los precios subirán, el poder de compra del dinero se verá erosionado y el impulso a la actividad económica desaparecerá", dijo Plosser, quien advirtió además de que los efectos sobre la economía real pueden verse totalmente contrarrestados si las expectativas de inflación aumentan en relación con el mayor acomodamiento en política monetaria.

Charles Plosser votó hoy a favor de la acción coordinada entre la Fed, el BCE y los bancos centrales de Suiza, Reino Unido, Suecia y Canadá de recortar medio punto porcentual los tipos de interés, lo que situó la tasa federal en EEUU en el 1,5%.

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