domingo, 12 de octubre de 2008

El primer ministro islandés, de héroe a villano por culpa de la crisis

REIKIAVIK.- El primer ministro islandés, el liberal Geir Haarde, es objeto de la cólera de sus compatriotas, indignados por la catástrofe financiera que se abatió sobre la isla, que nacionalizó sus tres principales bancos.

La medida de la crisis la dan los activos de estos tres bancos, que representan nueve veces el Producto Interior Bruto (PIB) de Islandia.

Las autoridades decidieron el jueves suspender las cotizaciones en la Bolsa de Reikiavik hasta el 13 de octubre.

"La gente está preocupada y descontenta, porque la economía está en recesión, su poder adquisitivo va a bajar aún más, el paro casi inexistente aumentará y sobre todo nadie sabe lo que va a pasar", dice Gunnar Haraldsson, director del Instituto Económico de Islandia.

Ante el derrumbe del sistema financiero, el gobierno islandés nacionalizó en las últimas dos semanas los tres principales bancos del país, Kaupthing, Landsbanki y Glitnir. El lunes por la noche, el Parlamento votó todo un arsenal legislativo que le permite al poder ejecutivo hacerse cargo de todo el sistema bancario.

Aunque se declaró optimista, el primer ministro Geir Haarde advirtió el miércoles de que la recuperación económica de su país tardará "años" en producirse. "Somos optimistas. Tenemos recursos tanto terrestres como en el mar", dijo Haarde, del Partido de la Independencia, que gobierna desde 1991, liberalizó la economía y se opuso al ingreso de Islandia a la Unión Europea.

Este optimismo no lo comparten sus compatriotas, según Carlos Melgar, director de un hotel en Reikiavik y primer sudamericano que se instaló en Islandia, hace 26 años. "Todos los días hay historias de personas que han perdido sus ahorros, que ven cómo sus bienes inmobiliarios se deprecian", dice.

Torfi Tulinius, profesor de Literatura en la Universidad de Reikiavik, considera que "la opinión tomó conciencia en los últimos días que al anunciar la nacionalización del banco Glitnir (el 29 de septiembre), el gobierno ha precipitado la crisis".

Según él, las consecuencias políticas para Haardeen, en el cargo desde 2006 y ministro de Finanzas entre 1998 y 2005, podrían ser devastadoras: la ruptura de la coalición de gobierno con los socialdemócratas, sobre todo si se propaga la crisis.

"Hay un movimiento de cólera contra el Partido de la Independencia (...), en el poder desde 1991, antes dirigido por el actual gobernador del Banco Central (David Oddsson), y que, en cierto modo, ha traído esta crisis", asegura Tulinius.

El gobierno alarmó además a sus vecinos europeos al pedir a Rusia una ayuda de emergencia de 5.400 millones de dólares, que Moscú rápidamente se declaró dispuesto a otorgar, en lo que sería el primero préstamo que otorga a un país occidental.

Por otra parte, Gran Bretaña ha desatado sus iras contra la isla nórdica en defensa de unos 300.000 ahorristas británicos que tienen más de 6.000 millones de dólares congelados en bancos islandeses.

Por si las vicisitudes del primer ministro no bastaran, el presidente islandés, Olafur Ragnar Grimsson, de 65 años, fue hospitalizado a principios de la semana debido a un problema cardíaco, aunque ha retomado la mayor parte de su trabajo.

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