sábado, 18 de octubre de 2008

El rescate económico de EEUU pudo haber llegado tarde, según expertos

NUEVA YORK.- La nación estadounidense se encuentra en camino a construir este año el menor número de residencias desde el final de la Segunda Guerra Mundial, lo cual complica las cosas para una economía que, conforme dijeron analistas, ya se encuentra en recesión.

Aunque las perspectivas económicas se tornaron más sombrías ante los informes malos sobre despidos y confianza de los consumidores, éste fue uno de los días más tranquilos desde que se inició la crisis financiera el mes pasado. Esta tumultuosa semana en Wall Street resultó una de sus mejores en cinco años.

El indice industrial Dow Jones perdió 127 puntos el viernes, pero cerró la semana con ganancias debido a dos días de avances, entre ellos un salto histórico de 936 puntos el lunes y un incremento de 401 el jueves.

El viernes se vio marcado todavía por los fuertes altibajos que se han convertido en cosa cotidiana en el mercado. En varios momentos, el Dow subió 300 puntos y bajó casi 250, terminando con un desplazamiento de tres dígitos por 22da vez en 25 jornadas.

Una encuesta mensual de la Asociación Nacional de Constructores de Casas demostró que la motivación en esa industria llegó a su nivel históricamente más bajo a inicios de octubre.

David Seiders, jefe de economistas del grupo, dijo que los constructores han sido afectados por un doble golpe, al ser más difícil para ellos obtener créditos para construir residencias nuevas y a la vez el vender las que construyen.

Seiders estimó que los constructores tendrán que continuar reduciendo la producción durante los siguientes meses. El inicio de obras de construcción de nuevas residencias y departamentos totaliza apenas 936.000 este año, su nivel más bajo desde 1945.

"Los constructores nos están diciendo que la crisis financiera realmente está afectándolos, porque la gente, justificadamente, no tiene idea alguna de a donde se dirigen las cosas", dijo Seiders.

Antes de que los mercados abrieran, el presidente George W. Bush se dirigió a la sede de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, para informar que el paquete de rescate financiero por 700.000 millones de dólares "es lo suficientemente grande y atrevido como para funcionar".

Sin embargo, advirtió que podría tomar cierto tiempo el desatascar los mercados de crédito.

Adam Levitin, profesor asociado de la Facultad de Leyes de la Universidad de Georgetown, dijo que incluso con la inyección de fondos por parte del gobierno a los bancos, las grandes deudas enfrentadas por los consumidores y la falta de solicitantes de crédito con posibilidades de obtenerlo podría continuar deteniendo el flujo de créditos.

"¿Quién le va a prestar a GM ahora?", preguntó Levitin durante una conferencia organizada por el Colegio de Abogados de Estados Unidos. Asimismo, preguntó cuáles bancos le prestarían fondos a las personas con problemas en sus hipotecas.

Los analistas dijeron que nuevas informaciones presentadas el viernes demostraron que era demasiado tarde como para evitar la recesión de la economía.

Varios de ellos dijeron que ya tenían previstos varios períodos recesivos, considerando que el total de la economía, medida conforme la producción nacional total, posiblemente se redujo durante el trimestre de julio a septiembre, presionada en parte por la continua caída del mercado de viviendas.

"No creo que haya ambigüedad alguna con respecto a que si estamos en una recesión", dijo Mark Zandi, jefe de economistas del sitio Economy.com, de la empresa financiera Moody's. "Pienso que todo se inició de hecho a finales del año pasado y debido al pánico financiero que enfrentamos ahora, con seguridad continuará otro año".

Otros economistas dijeron esperar al menos tres trimestres consecutivos de contracción, considerando en parte el hecho de que los consumidores, quienes cuentan como la tercera parte del total de la actividad económica, están resintiendo las consecuencias de la mayor sacudida experimentada por el sector financiero en los últimos 70 años.

El plan de rescate gubernamental rendirá fruto a la postre, aseguró el viernes el presidente George W. Bush, aunque no aventuró la pronta recuperación de Wall Street.

La economía no se atascó de la noche a la mañana "y llevará tiempo la descongelación del mercado crediticio", dijo Bush poco antes de la apertura de los mercados, en la sede de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, frente a la Casa Blanca.

Pese a las medidas adoptadas por el gobierno y la Reserva Federal, los bancos de Estados Unidos y el extranjero siguen reacios a prestarse entre ellos y sus clientes.

Los problemas financieros y crediticios comenzaron hace más de un año y empeoraron el mes pasado. La situación constituye una amenaza para la economía de Estados Unidos _ así como la mundial _ con una grave recesión.

La situación ha creado una gran volatibilidad en Wall Street, donde el promedio industrial del Dow Jones ha oscilado de forma extremada, con la evaporación de billones de dólares en un solo día, y en menor cuantía en sesiones sucesivas. El Dow bajó el jueves más de 200 puntos a los pocos minutos de la apertura para pasar luego de forma tímida a territorio positivo.

Bush defendió la intromisión del gobierno en la industria privada, hecho extraordinario para cualquier gobierno estadounidense pero en especial con un presidente republicano.

"En circunstancias ordinarias me habría opuesto a dicha medida", dijo Bush. "Pero éstas no son circunstancias ordinarias".

Bush agregó que las medidas adoptadas son "lo suficientemente grandes y audaces para surgir efecto".

Antes de que hablara el mandatario, el Departamento de Comercio informó que la construcción de nuevas casas y apartamentos retrocedió el mes pasado un 6,3%, frente al 1,6% pronosticado por los analistas, a un ritmo anual de 817.000 unidades. Fue el ritmo más lento desde enero de 1991, cuando Estados Unidos se encontraba en una recesión.

A principios de la semana, el Departamento del Tesoro anunció que inyectará hasta 250.000 millones de dólares en los principales bancos estadounidenses a cambio de una participación accionaria, algo que no sucedía desde la Gran Depresión de 1930. El gobierno espera que los bancos utilicen la inyección de capital para reconstruir sus reservas y girar créditos a los clientes.

Bush y sus asesores económicos pidieron repetidamente a los estadounidenses que tengan paciencia y den tiempo para que tengan efecto las iniciativas del gobierno. Empero, en el Capitolio los demócratas insisten en la necesidad de otra ronda de estímulos económicos.

En lo que va de año han quebrado 15 bancos, frente a tres el año pasado. Y los cinco bancos de inversiones más importantes de Wall Street fueron adquiridos por otras empresas, se declararon en bancarrota o se transformaron en bancos comerciales para capear la tormenta financiera.

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