domingo, 19 de octubre de 2008

El vertido de los buques "Fedra" y "Tawe" reabre el debate sobre el tráfico en el estrecho de Gibraltar

ALGECIRAS.- El pasado 11 de octubre el temporal que azotó la Península Ibérica provocó el accidente de dos buques en la zona marítima de la Bahía de Algeciras y el estrecho de Gibraltar. Los cargueros Fedra y Tawe, ambos de bandera liberiana, encallaron en aguas del estrecho en menos de 24 horas, produciéndose incluso que el primero de ellos se partiera en dos, que provocando que 150 toneladas de combustible ligero llegaran al mar durante varios días, pero sin llegar a tocar la costa, según indican los técnicos de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía que han trabajado en las labores de limpieza.

El vertido, controlado en gran medida según señalan las autoridades españolas y del Peñón, se ha reproducido en los últimos días a baja escala, llegando a algunas playas de Algeciras, como las de El Riconcillo y Getares, machas de fuel que llegaban a alcanzar los 300 metros de costa.

Pese a ello, fuentes la Junta de Andalucía y del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, daban el martes por limpias las playas afectadas el fin de semana por el vertido procendente del Fedra, cuyo fuel ya ha sido extraído de los tanques para evitar un desastre mayor.

La rotura del buque, encallado aún en la costa gibraltareña, ha hecho saltar las alarmas, sobre todo, por el recuerdo del accidente del barcho chatarrero New Flame, que se hundió hace un año en las mismas aguas y que aún no ha sido retirado.

De hecho, estos últimos accidentes han levantado las iras de los grupos ecologistas, que han denunciado el descontrol que a su juicio vive el estrecho de Gibraltar, una de las zonas de paso de grandes buques con mayor tráfico de todo el mundo.

La organización ecologista Greenpece advirtió en un comunicado el mismo día del accidente de que "el riesgo permanente de contaminación" es "insostenible por el riesgo constante de vertidos a los que está expuesta" la zona. Así, el responsable de la campaña de Contaminación de la oenegé, Julio Barea, denunciaba "el descontrol de los miles de buques que anualmente circulan por estas aguas".

Según datos de los ecologistas, en 2006 un total de 21.343 barcos que transportaban material peligroso cruzaron el estrecho, un dato que para Greenpeace da muestras del cuidado que merece la zona.

Más control pidieron también esta semana grupos políticos como Izquierda Unida o el Partido Popular, que pidieron una mayor tutela del Gobierno Central sobre este tipo de tráfico.

Zona de alto riesgo

El paso por el Estrecho fue calificado por WWF/Adena como una "zona de alto riesgo" medioambiental en 2002 por el alto peligro de contaminación que acechaba a la Bahía de Cádiz y a la costa de la comarca del Campo de Gibraltar. Se estima que cada año pasan por el único paso entre el Mediterráneo y el Atlántico más de 90.000 buques, con el consiguiente riesgo que supone para la biodiversidad de la zona y para la salud de los habitantes de la costa.

"No es de recibo que cada vez que haya un temporal en el Estrecho el medio ambiente sufra por los barcos", se quejaba el alcalde de la Línea de la Concepción, Juan Carlos Juárez, quien reprochaba a las autoridades no haber aprendido nada de accidentes anteriores como el del Sierra Nava, que encalló el año pasado en la Punta de San García (Cádiz).

Justo el mismo punto en el que la semana pasada se accidentó el Tawe. Los bajos someros y las mareas de Punta Europa, el extremo sur del Peñón en el que se integra San García, es un punto del que no se ha aprendido, según se denuncia desde Adena.

Allí se produjo, además del incidente del Sierra Nava, la colisión del petrolero Torm Gertrut y el carguero New Flame y el del Samothraki. Todos ellos, en 2007.

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