jueves, 30 de octubre de 2008

España, Portugal y América Latina pide más regulación financiera por la crisis

SAN SALVADOR.- Los presidentes latinoamericanos, España y Portugal pidieron el jueves mayores regulaciones del sistema financiero internacional en la Cumbre Iberoamericana celebrada en El Salvador, mientras crecen los temores de que la crisis global aumente la pobreza en la región.

A pesar de que Latinoamérica está en mejores condiciones para enfrentar las turbulencias que en otras épocas, con economías más estables y sus arcas más preparadas tras un auge de los precios de las materias primas, los analistas esperan una desaceleración en su ritmo de crecimiento.

La tormenta financiera mundial, que se desató por la debacle en las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, sumada a la desaceleración de la mayor economía del mundo, ha azotado los mercados latinoamericanos y devaluado sus monedas.

"Todos somos víctimas del comportamiento irresponsable de aquellos que especularon con la esperanza", dijo el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la sesión plenaria de la cumbre.

"No podemos permitir que esta crisis económica, fabricada por especuladores que transformaron la economía y al sistema financiero en un casino, venga a prohibir que un Estado haga las inversiones que tiene que hacer", subrayó, ratificando su intención de invertir 250.000 millones de dólares en infraestructura hasta 2010.

La crisis dominaba la Cumbre Iberoamericana, donde presidentes y jefes de Estado de Latinoamérica, España y Portugal reunidos en El Salvador trataban de vislumbrar medidas para contrarrestar sus efectos.

El G20, creado en 1999 para discutir problemas clave de la economía global y formado por ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de 19 naciones industrializadas y emergentes, se reunirá en noviembre para discutir la crisis.

"El sistema financiero internacional ha de ser un instrumento útil al servicio de la economía real y no al servicio de la especulación, (...) de la avaricia y de la ausencia de responsabilidad social con el conjunto de los países, dijo el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

"El mito de la desregulación ha hecho posible esta perversión. Ha hecho posible que en lugar de ser útil a la economía productiva, el sistema financiero se haya convertido en una perturbación muy seria de la economía", subrayó.

Zapatero ha dicho que su país debe participar en la reunión del G20 a pesar de no ser miembro del bloque, porque tiene muchos puntos que aportar sobre el sistema financiero.

Durante la primera sesión de la reunión que termina el viernes y en la que el gran ausente fue el venezolano Hugo Chávez - que desistió de ir argumentando riesgos a su seguridad -, el presidente mexicano, Felipe Calderón, llamó a tomar medidas urgentes para evitar el aumento de la pobreza.

Unos 220 millones de latinoamericanos, un tercio de la población de la región, son pobres, según datos oficiales.

Muchos países culpan al Gobierno de Estados Unidos de la crisis por no aplicar la suficiente regulación sobre su sistema financiero, lo que llevó a inversiones que algunos especialistas consideran demasiado arriesgadas o hasta irresponsables.

"Eso es muy probable (el incremento de la pobreza) porque la falta de empleo y el aumento de los precios de los comestibles puede arrojar tan sólo en un año a nuevos millones de pobres", dijo Calderón.

"Tenemos que generar un nuevo orden económico internacional (...) que permita un diseño equilibrado y una supervisión y regulación mucho más severa del funcionamiento de los sistemas financieros internacionales", subrayó.

América Latina, un exportador de materias primas, ha sufrido este año por el alza en el precio del crudo, el de algunos alimentos y sus cosechas.

Y la desaceleración en Estados Unidos, principal socio comercial de América Latina, también ha frenado el flujo de remesas que envían a sus familias los latinoamericanos que viven en suelo estadounidense y que son clave para pequeñas economías de la región.

Bancos centrales latinoamericanos han perdido reservas para defender sus monedas y tomaron medidas para garantizar la liquidez de los mercados, en una región donde aún están frescos los recuerdos de sucesivas crisis económicas en las décadas de 1980 y 1990 que la hundieron varias veces en una recesión.

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