El presidente explicó que se creará una sociedad para refinanciar a los bancos y que la garantía estatal para los préstamos emitidos por las sociedades tendrá "contrapartidas". "Se trata de restablecer la confianza y no de ir en auxilio de las entidades que por su mala gestión han asumido riesgo inconsiderables", advirtió.
La garantía se pagará a precio normal de mercado y tendrá como contrapartida la firma de una "convención" que fije no sólo las obligaciones de los establecimientos beneficiarios sino que tendrán en cuenta cuestiones "éticas", como las remuneraciones de los directivos porque, según Sarkozy no se puede pedir la garantía del Estado y "permitir la deriva escandalosa" constatada estos últimos años".
Esta convención detallará también que la prioridad de los préstamos será la financiación de los particulares, empresas y Ayuntamientos de forma que la garantía sirva para reactivar el crédito y no para alimentar la tesorería.
Asimismo, detalló que la refinanciación no será accesible más que a las entidades que tengan fondos propios suficientes y que tengan una finalidad preferente para créditos a la economía real, especialmente préstamos al consumo, hipotecarios, inmobiliarios y a empresas.
El total de préstamos garantizados tendrá pues un tope de 320.000 millones de euros y no representará "en ningún caso costes" para el contribuyente porque se trata, agregó el presidente galo. de una garantía que no se pondrá en marcha salvo en caso de quiebra.
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