Las acciones de la firma de tiendas de autoservicio Comercial Mexicana, con 41.000 trabajadores, se desplomaron un 74,26% el viernes en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), 48 horas después de que reconociera pasivos por 2.000 millones de dólares.
Vitro, la productora de vidrio más grande de México, también hizo públicos el viernes malos resultados, en su caso un valor negativo en el mercado de aproximadamente 227 millones de dólares. La vidriera justificó su reciente caída en el aumento del costo de los combustibles después de haber registrado ventas históricas de 725 millones de dólares en el segundo trimestre de 2008. Estos números amenazadores, no obstante, no les impedirán continuar "operando de forma normal", declaró la empresa en un comunicado.
Otra multinacional mexicana en apuros es Cemex (Cementos Mexicanos), que el jueves admitió pérdidas en su valor de mercado agregado por 500 millones de dólares. La tercera cementera mundial trató de tranquilizar a sus accionistas a través de un comunicado en que les asegura que "continuamos teniendo efectivo disponible para cumplir todos nuestros requerimientos operativos y financieros".
Los resultados negativos de estos tres gigantes son otro síntoma de que México no saldrá inmune de la crisis mundial aunque, en general, su mercado financiero está aguantando los embates con mayor firmeza que otros países de la región.
El viernes, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerró con una pérdida del 1,99%, sensiblemente inferior a la de Santiago de Chile (-5,34%), Buenos Aires (-5.54%), Sao Paulo (3,97%), Bogotá (-8,68%) o Lima (-10,81%). Durante la última semana la bolsa de México cayó un 13,42%, la de Sao Paulo un 20,01% y la de Buenos Aires un 19,61%.
El gobierno mexicano trató esta semana de tranquilizar a empresarios y ciudananos con una serie de medidas entre las que destaca un plan de inversión federal en infraestructuras por valor de 57.000 millones de pesos (4.560 millones de dólares).
Sin embargo, este programa y otras intervenciones públicas en materia cambiaria no pudieron frenar el desplome progresivo de la moneda nacional, que el viernes se hundió hasta su mínimo valor histórico, 13,29 pesos por dólar. El Banco Central había inyectado 6.400 millones de dólares al mercado cambiario durante la jornada, alcanzando los 9.300 millones en los últimos tres días, para evitar una caída a la que algunos analistas no otorgan demasiada importancia.
Según Joydeep Mukherji, analista de Standard and Poor's, es una buena señal que el Banco Central mexicano no busque mantener la moneda en 10,11 ó 12 pesos por dólar. "Ellos (autoridades mexicanas) se pueden dar el lujo de decidir porque tienen suficientes reservas para intervenir por un buen tiempo" en el mercado de divisas, afirmó Mukherji.
Los 9.300 millones de dólares que el Banco Central inyectó en subasta en los últimos tres días, de los cuales fueron asignados 8.900 millones, equivalen a más del 10% de las reservas internacionales del país que ascienden a 84.116 millones de dólares, según el último informe oficial, difundido el 3 de octubre pasado.
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