viernes, 31 de octubre de 2008

Iberoamerica se compromete a mantener inversiones ante la crisis

SAN SALVADOR.- La Cumbre Iberoamericana de El Salvador llegaba el viernes a su fin con el compromiso de los presidentes latinoamericanos de mantener vivos sus planes de inversión, para evitar que se extienda más la pobreza en la región mientras se espera una desaceleración económica.

La turbulencia financiera internacional, detonada por la debacle del mercado de hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, el principal socio comercial de América Latina, sumada a la desaceleración de la mayor economía del mundo, ha golpeado con fuerza a los mercados y las monedas de la región.

Pero pese al panorama nublado, los jefes de Estado y de Gobierno y representantes de los países participantes de la XVIII Cumbre Iberoamericana acordaron tratar de seguir haciendo inversiones productivas y no ceder terreno en el combate a la pobreza, que alcanza a un tercio de los latinoamericanos según datos oficiales.

"Esta factura no se le puede cobrar a los sectores pobres (...), esta factura tampoco se le puede cobrar a los países frenándoles su desarrollo", dijo el viernes a periodistas el presidente de Colombia, Álvaro Uribe.

"Muchos países tienen necesidades inaplazables de gasto y es una injusticia que lleguen a tener que aplazarlas por esta crisis", agregó el mandatario.

A pesar de que Latinoamérica está en mejores condiciones para enfrentar las turbulencias que en otras épocas, con economías más estables y sus arcas más preparadas tras un auge de los precios de las materias primas, analistas esperan una desaceleración en el ritmo de crecimiento de la región.

En la jornada de clausura de la cumbre no estuvieron presentes el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario mexicano Felipe Calderón ni la presidenta argentina Cristina Fernández, que partieron el jueves de San Salvador.

Pero antes de volver a sus tierras, coincidieron en la necesidad de que los estados promuevan la inversión para amortiguar el impacto de la crisis.

Lula insistió en la necesidad de aplicar mecanismos de control al sistema financiero para evitar otra crisis como la actual. Y Fernández lo respaldó: "estamos ante el fracaso de un modelo instaurado a finales de los ochentas", dijo.

Los presidentes y jefes de Estado América Latina, España y Portugal coincidieron en que es fundamental que sus voces sean escuchadas dentro de un proceso de saneamiento del sistema financiero global.

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