La retirada de barriles serviría para frenar la caída en picado del precio del crudo, que ha llegado a su nivel más bajo desde el verano pasado.
Otros ministros de la OPEP también dijeron que discutirán la retirada de barriles durante la reunión del viernes, sugiriendo que se ha de hacer algo para frenar la caída del mercado sin dañar aún más a la economía global.
Al organismo de 13 países integrantes le quedan pocas opciones y una de ellas es reducir la producción después de que el precio del crudo haya caído más del 50% tras registrar un récord de 147 dólares el barril en julio.
El precio subió un poco más el jueves, pero sólo moderadamente, en respuesta a las expectativas de recortes de la OPEP. El precio era de 67,62 dólares el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York al mediodía en Europa, después de caer 5,43 dólares para asentarse el miércoles en 66,75 dólares el barril. Ese fue el precio más bajo desde el 13 de junio del 2007.
La reunión de emergencia estaba planeada para celebrarse el 18 de noviembre pero fue repentinamente adelantada a este viernes, reflejando la preocupación de la OPEP.
"Sienten un poco de pánico", dijo el analista Stephen Schork, de Villanova, Pensilvania. "Subestimaron que es lo que ocurre cuando la burbuja implosiona".
Sin embargo, el nivel de preocupación varía.
Irán y Venezuela, que tradicionalmente se han mostrado a favor de imponer precios altos, sufrirán más recortes en ganancias que otros países porque su petróleo es más pesado y sulfuroso, lo que significa que se vende más barato que el crudo regular.
Irán pretende negociar un precio de 100 dólares el barril durante la reunión mientras que Venezuela apuesta por un precio que oscile entre los 80 y los 90 dólares.
Arabia Saudí puede producir por menos dinero y suele oponerse a reducciones de producción. Sin embargo y debido a la situación actual, los saudíes quizás se vean obligados a seguir la pauta de Irán y Venezuela.
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