domingo, 19 de octubre de 2008

Juan Roig, presidente de 'Mercadona': "Se ha tardado en reaccionar, centrarnos en la economía real"

VALENCIA.- Juan Roig Alfonso (Valencia, 1949), el empresario que preside la cadena de supermercados líder en España -Mercadona-, la más conocida y rentable, acaba de recibir el premio de la Gran Cruz de Jaume I.

La experiencia adquirida en la industria familiar de cárnicas y su voluntad de emprender un negocio lo animaron, cuando ya se había licenciado en Económicas por la Universidad de Valencia, a adquirir Mercadona a su padre en compañía de varios de sus hermanos.

En 1990, Juan Roig y su esposa Hortensia Herrero pasaron a ostentar la mayoría del capital de la compañía

¿Ha llegado la crisis al consumo? ¿En qué medida?

Esta crisis financiera que vivímos ha llegado a todos los sectores. Estamos en una situación complicada. En años anteriores, por estas fechas la tendencia nos hacía ver que alcanzábamos los objetivos, y este año nos está costando un gran esfuerzo a todos. En nuestra opinión, hemos partido de una verdad universal que no es cierta: "que todo lo que crece, continua creciendo hasta el infinito".

Como presidente de Mercadona, su visión sobre el consumo en toda España es privilegiada. ¿Hay algunas zonas en las que se haya notado, algunas en las que crea que la recesión va a hacer más daño?

La situación es generalizada. La falta de confianza y la imposibilidad que tienen las familias de poder acceder al crédito no está focalizada sólo en una zona. Si así fuera, sería menos complicado dar con el diagnóstico y aplicar el tratamiento.

¿Qué se ha hecho mal para llegar hasta donde estamos?

Nos hemos pasado tres pueblos, bueno más que tres, treinta pueblos; los culpables somos todos. No nos hemos preparado para el cambio de ciclo, creíamos que la liquidez era ilimitada. El mundo financiero sirve para generar riqueza, pero se ha llevado la ingeniería financiera a extremos inimaginables basándonos en esa falsa verdad universal citada, de que "todo lo que crece, continúa creciendo hasta el infinito"; que nos podíamos endeudar, que todo continuaría subiendo y con ello ya devolveríamos los préstamos.

Y esto ha creado la ilusión de que todos éramos ricos y que por tanto podíamos trabajar poco y gastar mucho. El crecimiento financiero se ha apoyado en sectores que tenían un gran recorrido de subida, como el inmobiliario o las materias primas (el petróleo, el maíz, el trigo...). La burbuja financiera se ha pinchado y eso ha llevado a que todos los sectores que la habían utilizado, hayan caído en picado.

¿Dónde cree usted que está la verdadera gravedad de la crisis: en la financiera o en lo que todos llaman la economía real?

La verdadera crisis está en la calle, todos estamos notando sus efectos. Pero en estos últimos años le hemos prestado más atención e importancia al mundo financiero que al mundo real. Los empresarios, tenemos que prepararnos para los cambios de ciclo, es nuestra responsabilidad. Uno de los problemas puede haber sido creernos todos que éramos un país más rico de lo que verdaderamente somos.

¿Quién debería pagar por todo esto?

Lo importante ahora no es discutir eso, sino ser conscientes de que estamos en mitad de la riada y da igual quien abrió las compuertas o porqué; lo importante ahora es nadar hacia la orilla. Lo prioritario ahora es trabajar todos en una misma dirección. Hay que mirar hacia delante, reconocer el grave problema que tiene nuestra economía, y trabajar muy duro, tomando entre todos las medidas que haya que tomar aunque nos cueste.

¿No cree que ha habido demasiada codicia y demasiada especulación y ahora estamos pagando todos el pato?

La economía financiera ha tenido un papel más importante que la economía real. Todo ello tiene sus consecuencias. Un ejemplo de ello están siendo las materias primas: si no se especula, el precio baja.

El Gobierno ha tomado medidas para hacer frente a la situación... ¿Cómo las valora? ¿Cree que debería tomar algunas más? ¿Debería haberlas tomado antes?

Las medidas que se han tomado parecen acertadas, aunque se deben tomar muchas más. Nosotros, desde el sector y desde la sociedad civil a la que pertenecemos, hemos presentado más propuestas. De todas formas pienso que hemos tardado mucho en reaccionar, nos ha costado mucho a todos reconocer la situación de crisis, y mientras tanto, está se ha ido agravando.

Ahora, antes de hacer reproches a los demás, cada uno debemos asumir nuestra parte de responsabilidad. Nuestra obligación es hacernos oír y que se escuche también a los empresarios, ya que en situaciones cómo la actual nos las jugamos.

Usted siempre le ha pedido a la clase política que modere sus enfrentamientos y busque más el diálogo y el encuentro por bien de la economía. ¿Cree que la clase política está actuando bien? ¿Ha llevado el Gobierno bien el afrontar la crisis, pese a que la negó al principio?

Mi opinión es que nos ha costado centrar los focos en la economía real, hablar mucho más de ello. Entre todos los agentes sociales (trabajadores y empresarios), tenemos que visualizar y decidir hacía dónde queremos que vaya nuestra economía, y hacerlo saber así a la clase política.

Usted ha pasado ya por otras crisis nacionales ¿qué mensaje le transmitiría a la sociedad española?

De total confianza, si tomamos las medidas necesarias de reconocer el problema, darle más importancia a la economía real que a la financiera y, sobre todo, trabajar todos mejor y más; por supuesto que saldremos de la crisis.

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