jueves, 23 de octubre de 2008

La banca venezolana en riesgo por su baja capitalización

CARACAS.- Si bien la economía venezolana ha logrado capear el tsunami financiero mundial, el sector bancario está en una situación altamente vulnerable para enfrentar cualquier coletazo debido a la debilidad patrimonial que enfrenta 23% del sistema, y las millonarias inversiones que tienen 14 instituciones en bancos estadounidenses que fueron arrasados por la crisis.

A esta situación de vulnerabilidad se suma el hecho de que la mayor parte de las 59 instituciones del sistema tienen entre sus activos bonos de la deuda pública externa de Venezuela, de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y Argentina, que han perdido más del 30% de su valor como consecuencia de la crisis.

Uno de los rasgos más relevantes de la debilidad del sector lo constituye el hecho de que 10 entidades privadas y cuatro del Estado, que constituyen 23% del sistema, incumplen la regulación que obliga a las instituciones financieras locales a tener un índice patrimonial mínimo de 8%.

Según cifras de la Superintendencia de Bancos para agosto las instituciones que incumplen el margen mínimo son: Occidental de Descuento, Bolívar, Confederado, Central, Banpro, Banorte, Inverunión, Banplus, Baninvest, Federal Fondo del Mercado Monetario, y los entes estatales Industrial de Venezuela, Banfoandes, Instituto Municipal de Crédito Popular y la Arrendadora Financiera Empresarial.

El economista Gustavo García, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), afirmó que el gobierno "hizo aumentar el nivel de riesgo en el sistema bancario" al disminuir hace dos años el índice de capitalización de 12% a 8%, lo que situó a Venezuela por debajo de los estándares internacionales.

"Después de haberlo bajado a 8%, la Superintendencia excluyó en el cálculo de ese índice los títulos de deuda pública como parte del activo, lo que implicó un índice de capitalización de facto significativamente más bajo", precisó.

García sostiene que en "la medida en que el índice de capitalización es más bajo, aumenta la proporción al riesgo de las instituciones financieras".

En una evaluación que realizó The Associated Press a los estados financieros auditados que difundieron 27 de las 59 instituciones financieras, se encontró que catorce entidades, una de ellas el estatal Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), tienen recursos represados en la quebrada Lehman Brothers, Merrill Lynch y Wachovia Bank, estas dos últimas fueron adquiridas por el Bank of America y Wells Fargo, respectivamente, debido a su precaria situación.

A fin de cubrir una eventual pérdida, la Superintendencia de Banco ordenó a las entidades financieras que tengan inversiones en Lehman Brothers y Merrill Lynch, provisionar 50% de esas colocaciones.

Una buena parte de las posiciones que tenían las instituciones financieras venezolanas en Lehman Brothers y Merrill Lynch están representadas por notas estructuradas. En otros casos estas empresas actuaron como custodios de los títulos valores externos de las entidades locales.

Aunque la Superintendencia ordenó en mayo pasado a los bancos deshacerse de las notas estructuradas que posean con Lehman Brothers, Merrill Lynch, HSBC Bank, Deutsche Bank, entre otros, los balances auditados correspondientes al primer semestre revelaron que hay ocho instituciones, incluido el Fonden, que mantienen esas inversiones, y sólo siete las desincorporaron de sus balances.

Algunas de las instituciones que poseen aún notas estructuradas refieren en sus informes auditados que están en conversaciones con la Superintendencia para desincorporarlas y saldar las pérdidas generadas por esas operaciones, que superan los 200 millones de dólares y comprometen severamente sus patrimonios.

El organismo supervisor envió en julio un comunicado a estos bancos en el que les da un año para reponer las pérdidas generadas por esas transacciones.

Según cifras de la firma local Softline para septiembre la banca venezolana posee títulos de deuda pública nacional por 8.372 millones de dólares, que constituyen cerca del 12% del activo total de sistema.

García expresó que la mayoría de las instituciones del sector "tienen efectivamente papeles de deuda externa venezolana que han sufrido una pérdida sustancial" debido a que están en promedio "entre 70% y 60% de su valor".

El economista precisó que mientras los bancos no tengan que vender los bonos en este momento no corren ningún riesgo de pérdida ya que existe la posibilidad que puedan recuperarse para su vencimiento.

La banca también se ha visto afectada por la alta inflación, que ya acumula una tasa de 21,8% en lo que va del año; la subida de los intereses de 28% a 33%; y el enfriamiento que padece la economía desde inicios de año. Todos estos factores han originado una fuerte desaceleración en los créditos y un incremento de los préstamos con problemas que ya representan 2% de la cartera total.

Las utilidades del sistema financiero también han mostrado una progresiva merma en el último año y medio debido a las crecientes regulaciones impuestas por el gobierno, dijo García.

El analista indicó que "el gobierno deliberadamente viene cercando" al sistema bancario al imponerle: el control de los intereses; gavetas crediticias obligatorias a tasas subsidiadas; control de las comisiones y tarifas de los servicios; regulaciones de las tarjetas de crédito; y la eliminación de las notas estructuradas.

"El gobierno le está cerrando todas las puertas al sistema bancario para que pueda generar utilidades", acotó.

El ministro de Economía y Finanzas, Alí Rodríguez, declaró recientemente que el gobierno está siguiendo con atención la situación de la banca para evitar que se vea afectada por la crisis mundial.

Hace dos meses Rodríguez señaló que el gobierno prepara un plan de "saneamiento" del sistema financiero, pero no aportó mayores precisiones.

Como parte del proceso que adelanta el presidente Hugo Chávez para elevar el control estatal sobre la economía, el gobernante anunció hace tres meses que nacionalizaría el Banco de Venezuela, que pertenece al grupo español Santander.

La banca estatal detenta 14% del mercado, que sumado a la participación del Venezuela, que es el tercer banco del país, le permitirían al gobierno asumir cerca del 25% del negocio bancario local.

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