lunes, 27 de octubre de 2008

La Bolsa española firma su rendición

MADRID.- Hace exactamente un año el debate sobre el parqué no podía ser más antagónico al actual. Por entonces las dudas estaban en torno a la progresión alcista del Ibex, dónde estaba la resistencia y cuánto tardaría en superar los 16.000 puntos. Hoy las cuestiones van justo en la dirección contraria: ¿cuál es el suelo de un índice que ha perdido el 48% en 12 meses?, se pregunta "El Mundo".

No hay respuesta para tal pregunta. No hace mucho que los analistas que pronosticaron un soporte en los 8.000 puntos fueron acusados de tremendistas. Hoy ese nivel está a punto de perforarse y la siguiente cota de la que se habla son los 6.800 enteros, es decir, el mismo punto por donde pasó el Ibex hace cinco años.

Desde su máximo histórico, en los 15.945 puntos hace un año, hasta ahora, el selectivo español acumula un desplome de casi 8.000 puntos. Es un retroceso en el que no sólo se incluyen las quiebras bancarias, los pésimos datos macroeconómicos y la incertidumbre y falta de liquidez generada tras la crisis subprime. También se descuenta un panorama económico desolador para 2009, con un fuerte aumento del paro -más morosidad y riesgo bancario, por lo tanto-, un severo recorte de los beneficios empresariales y una fuerte caída del consumo.

Pero la debacle bursátil de esta semana tiene además un componente nuevo que afecta especialmente al parqué español. La decisión de Argentina de nacionalizar las pensiones, privatizadas hace 14 años, significa añadir aún más desconfianza en un mercado plenamente pesimista. Las grandes cotizadas del Ibex tienen en aquel país una fuerte presencia que se puede cuantificar en los cerca de 1.000 millones de euros de beneficios en el primer semestre.

Con su intervención, la presidenta argentina, Cristina Fernández, añade más dudas respecto a estas compañías, ya que ahora los inversores se preguntan si alguno de sus negocios será también intervenido por el Estado. Eso explica gran parte de los desplomes de Telefónica, Santander, BBVA o Repsol, de alrededor del 15% en las últimas tres sesiones.

Del mismo modo que Argentina ha ayudado a desestabilizar el mercado, Reino Unido añadió el viernes más pesimismo tras confirmar que su economía se contrajo por primera vez en 16 años. La crisis es global, y así lo demuestran las Bolsas mundiales, fieles indicadores de la salud económica de un país. Pero España tiene en algunos aspectos más amenazas que el resto de países.

A pesar de que su sistema bancario ha mostrado más fortaleza hasta el momento, el crecimiento del desempleo está siendo mucho más elevado que el resto de países europeos. La tasa de paro está ya en el 11,3% y eso arroja muchas dudas sobre el crecimiento del consumo y económico para 2009. En la Bolsa eso provoca que los inversores no premien los buenos resultados que hasta ahora se han presentado, sino que castiguen por anticipado una previsión muy negativa sobre las cuentas del próximo año.

Y entre medias de todo esto, el petróleo sigue oscilando en torno a los 63 dólares, un 55% más bajo que hace cinco meses, a pesar del anuncio de la OPEP de recortar la producción para adecuar la oferta a la caída de la demanda mundial.

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