sábado, 11 de octubre de 2008

La caída de precios presenta un panorama desolador en Latinoamérica

BRASILIA.- Los crecientes precios del crudo venezolano, la soya brasileña y el cobre chileno, que le trajeron prosperidad a Latinoamérica, están camino a un colapso que amenaza con eliminar las ganancias obtenidas para los pobres y la emergente clase media en la región.

El frenazo económico global está reduciendo la demanda por las materias primas, el motor que impulsó más de una década de crecimiento económico y eliminó la sofocante deuda sufrida durante generaciones.

Para el agricultor brasileño Aldemire Rostirolla y varios millones de otras personas que aprovecharon la explosión, las nuevas realidades son estrujantes.

Rostirolla trabajó 18 horas diarias durante más de una docena de años para cultivar maíz, girasol y soya en la sabana al borde del Amazonas. Ahora tiene que dejar sus campos en el abandono, en medio de la caída de precios de sus productos.

Preocupado porque quizás no salga a mano en la siguiente cosecha, el productor de 54 años y sus vecinos no están seguros de si vale la pena ahora invertir en tractores o fertilizantes. Algunos planean vender sus tierras, porque no pueden pagar los créditos necesarios para financiar plantaciones y cosechas.

"La pregunta que todos nos hacemos es: ¿Cuánto más caerán los precios de las materias primas?", dijo Rostirolla.

La dependencia latinoamericana en la exportación de materias primas ha impedido que sus economías se diversifiquen, llevándolas hacia una enorme deuda exterior y causando algunos de los peores incumplimientos en sus pagos en toda la historia. Pero conforme los precios se elevaban en años recientes, los gobiernos aprovecharon la venta de sus materias primas para pagar sus deudas y acumular reservas.

Estas reservas podrían permitirle a las naciones combatir la caída del mercado crediticio, posiblemente permitiendo una recuperación para el 2010, dijo Eduardo Levy Yeyati, jefe de investigaciones latinoamericanas en la firma Barclay's Capital, de Nueva York.

"Vamos a sufrir la crisis, pero ellos la van a sufrir menos" de lo que hubiera sido en el pasado, indicó.

Pero en tanto, podrían ocurrir varios daños.

Los precios de las materias primas, entre ellas cultivos, metales, crudo y otras han caído un tercio con respecto a su nivel más alto, de julio.

Ello tiene un enorme impacto en Latinoamérica, donde la mayor parte de las economías no se ha diversificado lo suficiente y varias dependen de las exportaciones para cubrir casi la mitad de sus ingresos y dar cientos de millones de puestos de trabajo.

"Pronostico otro futuro negro y desagradable en los próximos meses", a medida que las exportaciones, las inversiones y los préstamos declinan simultáneamente en un golpe triple sin precedentes, dijo Peter Hakim, presidente de Inter-American Dialogue, un centro de investigación en Washington, D.C.

"Tan sólo los precios de las materias primas podrían causar mucho daño, pero cuando ello ocurre en esta combinación, las cosas pueden ser mucho más explosivas", agregó.

Los principales indicadores bursátiles de América Latina han perdido al menos 20% de su valor en las últimas dos semanas, luego que los inversionistas temerosos han retirado su dinero de los mercados emergentes.

Si a ello se añaden las formas en que la crisis financiera ha agotado el crédito para los agricultores y los operadores de las minas, no queda una solución a la mano, según los analistas.

"Estamos en el ojo del huracán, de modo que es difícil determinar si esta inestabilidad financiera será temporal o si causará un daño duradero", consideró Luis Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.

Los inversionistas están preocupados de que Argentina, uno de los mayores exportadores de cereales del mundo, no sea capaz de mantener un superávit presupuestario ni continuar el pago de su deuda ahora que los precios de la soja y el trigo se han hundido más de 40% respecto del precio máximo alcanzado este año.

Chile, el mayor productor de cobre, tuvo el mes pasado su primer déficit comercial en ocho años, luego que los precios de ese metal cayeron 45% desde mayo.

Los países más afectados serían dos que dependen mucho del petróleo: Venezuela y México. Ambos generan más de 40% de sus presupuestos federales a partir del petróleo, que ha caído más de 45%, para oscilar en los 80 dólares por barril, desde que impuso un récord de 147,27 dólares el 11 de julio.

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