domingo, 12 de octubre de 2008

La crisis financiera aumenta la presión para redefinir el papel del FMI

WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional concordó el sábado que debe jugar un papel más importante en el análisis y la prevención de las crisis financieras, pero la forma de lograrlo podría dividir sus 185 estados miembros, durante la reunión anual del organismo en Washington.

El Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), órgano de dirección del FMI, instruyó al Fondo a aprender las lecciones de la crisis financiera que ha azotado los mercados y los bancos en el último mes; y recomendó medidas para restablecer la confianza y la estabilidad del sistema financiero.

Al término de este mandato emitido por el CMFI, el Fondo "debe emitir advertencias claras sobre los riesgos que pesan sobre la estabilidad económica y financiera mundial y prodigar sus consejos sobre las mejores políticas a seguir en materia monetaria, presupuestaria, de tasas de cambio y de apoyo al sector financiero para lograr estos objetivos".

El calendario es ajustado, puesto que el FMI debe comenzar sus trabajos inmediatamente y enviar un informe al Comité que lo dirige a más tardar durante su próxima reunión en abril.

Esta misión corre el riesgo no obstante de ser interpretada de formas distintas por parte de los 185 estados miembros del FMI, que están lejos de ponerse de acuerdo sobre las responsabilidades de cada uno en el desencadenamiento de la crisis.

"El CFMI fue creado para promover la coordinación y la acción colectiva para evitar una crisis de la amplitud a la cual hacemos frente hoy", recordó el titular del Banco Central de Sudáfrica, Tito Mboweni, en su intervención ante el Comité.

"Todos vimos crecer los peligros en el curso de estos años y sabíamos lo que había que hacer para evitar este catastrófico resultado (...) Pero eso no fue suficiente para motivar una determinada acción común", deploró.

La crisis, que ha devastado el sistema financiero internacional y que se originó en Estados Unidos, pone en entredicho el credo liberal del FMI, cosa que destacó el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega.

"Estados Unidos y Europa están en el centro del huracán financiero. El mundo observa incrédulo cómo la crisis revela graves debilidades sistémicas y errores políticos en los países que estaban considerados como modelos, presentados como referencias en materia de gestión de asuntos públicos y ejemplos a imitar", lanzó el sábado.

"Luego de haber tomado el control de las turbulencias actuales, deberemos establecer nuevas reglas para reforzar y proteger el sistema financiero, pero sin que esto esté sesgado en favor de las prácticas de los países desarrollados", advirtió.

El director general del FMI, el francés Dominique Strauss-Kahn, está consciente de esta fractura.

"Lo que me parece importante es que una vez que la crisis haya pasado, no se diga: 'perfecto, se volvió a la situación anterior y no se cambia nada'. Es necesario que las cosas cambien respecto a las prácticas de regulación, de organización del sistema financiero y de control del sistema financiero", declaró el jueves.

En su intervención ante el CFMI, el secretario al Tesoro estadounidense, Henry Paulson, no pareció dispuesto a hacer un mea culpa.

Destacó que Estados Unidos sigue siendo "escéptico a las propuestas destinadas a aumentar significativamente los niveles de acceso a los préstamos del FMI", y que éstos deben limitarse a nivelar los desequilibrios de las balanzas de pago de los países beneficiarios.

"El papel del FMI en una crisis es conceder préstamos a tasas reducidas a los países en desarrollo, rápidamente y con pocas condiciones. Menos que eso no ayudará y el FMI no responde siempre a esta misión básica", deploró la organización humanitaria Oxfam.

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