viernes, 17 de octubre de 2008

La crisis financiera, invitada de último momento a la cumbre de Quebec

MONTREAL.- El huracán que sacude los mercados financieros del mundo robó el protagonismo en Quebec, imponiéndose como tema insoslayable en las dos reuniones que se realizan allí: una cumbre UE-Canadá y otra de países francófonos.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy -también presidente en ejercicio de la Unión Europea-, llegó cerca del mediodía de este viernes a Quebec para una visita relámpago pero muy cargada, de poco más de 24 horas, antes de reunirse en la mañana del sábado con su par estadounidense, George W. Bush, para debatir sobre el sistema financiero mundial.

Sarkozy fue recibido por el primer ministro canadiense, Stephen Harper, reelegido el martes para encabezar un gobierno minoritario, con quien debía reunirse en el marco de una cumbre UE-Canadá. "A la crisis financiera le cabrá allí un gran papel", declaró este viernes a la prensa un alto funcionario canadiense.

La tormenta financiera es el tema ineludible de la cumbre francófona, que se inicia por la tarde en presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y de una treintena de jefes de Gobierno.

Según el proyecto de declaración final al que tuvo acceso AFP, los países francófonos van a comprometerse a "apoyar la realización de una cumbre internacional" para dar una respuesta "urgente y coordina" a la crisis que está arrasando los mercados.

La cumbre de Quebec será "el primer foro Norte-Sur que se reunirá a raíz de esta crisis" y presenta la ocasión de medir los impactos, principalmente en los países sureños, subrayó recientemente el primer ministro de Quebec, Jean Charest, co-anfitrión del encuentro con Harper.

En la cumbre UE-Canada, Sarkozy y Harper, así como el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, deberían trazar "la hoja de ruta" de un proceso que debe llevar a una "asociación económica reforzada" entre la UE y Canadá, indicó un alto funcionario canadiense que pidió el anonimato.

Según un estudio conjunto hecho público por Canadá, las ventajas potenciales en términos de PIB que se derivarían de la liberación del comercio y los servicios son muy interesantes.

El aumento anual de ingresos de aquí a 2014 sería de alrededor de 11.600 millones de euros para la UE (0,08% de su PIB) y de unos 8.200 millones de euros para Canadá (0,77% del PIB canadiense).

Un portavoz del grupo de empresarios europeos Business Europe dijo estar decepcionado por adelantado, al declarar al diario Le Devoir que Harper y Sarkozy "quieren firmar algo vago que compromete a nada".

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