De confirmarse este dato y teniendo en cuenta que todos los pronósticos apuntan a una mayor desaceleración de la economía española en los próximos meses, España se encuentra al borde de la recesión económica, que se podría prolongar más allá del año 2008.
La autoridad monetaria indica que detrás de esta desaceleración del PIB se encuentra el "significativo recorte" de la tasa de avance de la demanda nacional, que se situó en el 0,3% en términos interanuales, frente a la demanda exterior, que volvió a mejorar entre julio y septiembre, hasta situarse en un 0,6%.
A la desaceleración de la demanda interna contribuyeron todos sus componentes, aunque de forma más destacada la inversión residencial y el consumo de los hogares, mientras que la mejora de la demanda externa se debió a la "sensible reducción" de la tasa de crecimiento de las importaciones y al mantenimiento de un cierto dinamismo de las ventas al exterior.
Por el lado de la oferta, en el tercer trimestre prosiguió la "intensa corrección" de la actividad en el sector de la construcción y la caída del valor añadido de las manufacturas, a la vez que se iniciaba un proceso de destrucción de empleo que se extendió a las distintas ramas productivas, excepto a los servicios.
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