miércoles, 8 de octubre de 2008

La huelga agraria argentina finaliza sin haber afectado las exportaciones

BUENOS AIRES.- Una huelga de seis días de organizaciones de agricultores contra la política agropecuaria del Gobierno de Argentina finalizaba este miércoles, sin haber afectado exportaciones alimentarias que alcanzan unos 35.000 millones de dólares anuales.

Centenares de productores encabezados por los líderes de la protesta se concentraron en un cruce carretero en la localidad de San Pedro, 160 km al noroeste de Buenos Aires, en medio de la rica Pampa Húmeda. Desde allí se dirigían hacia la capital argentina, para realizar un abrazo simbólico al Congreso, donde el oficialismo cuenta con mayoría.

Los agricultores reclaman que el Gobierno baje a cero los impuestos a las exportaciones, además de pedir una devaluación de la moneda de 3,24 a 3,50 pesos en relación con el dólar.

Pero la reclamación no afectó esta vez las ventas de alimentos como ocurrió en la anterior protesta de 128 días entre marzo y julio pasado, contra un proyecto gubernamental de tributos móviles a las exportaciones de alimentos, dijo una fuente de las cooperativas agrarias de la región central del país.

Los agricultores exigen la eliminación de las retenciones, como se designa en Argentina a los impuestos a las exportaciones de granos, entre ellos la soja. La soja, principal cultivo y fuente de ingresos fiscales, movía negocios anuales por 24.000 millones de dólares, pero la persistente caída de su precio internacional, causa estragos en la economía de los productores y en las arcas del tesoro.

"Con estos precios internacionales no hay lugar para las retenciones. La situación amerita su eliminación, pero aceptaríamos que fuera gradual", dijo Hugo Biolcatti, uno de los líderes de la protesta y jefe de la Sociedad Rural, que nuclea a los grandes hacendados.

El precio de la soja, el mayor producto de exportación de Argentina, se derrumbó en el mercado de Chicago desde casi 600 dólares por tonelada hace dos meses a 340 dólares el martes, al compás de la crisis financiera mundial.

Los productores que cumplieron el 'lock out' o huelga patronal de seis días sin venta de granos ni ganado, exigen una devaluación para alentar las exportaciones.

El peso argentino se cotizaba este miércoles a 3,24 por cada billete de la moneda estadounidense, en alza sin pausa frente a las devaluaciones en países como Brasil, con los que mantiene fuertes lazos comerciales.

Pero la nueva reclamación tomó, además, una proyección política, con un tono opositor a la presidenta Cristina Kirchner, cuando falta poco más de un año para las elecciones legislativas que renovarán parte del Parlamento. "Esto no termina hoy. Termina en las próximas elecciones", afirmó otro de los dirigentes agrarios, Carlos Garetto, en un pequeño acto ante productores.

Se trató del segundo 'lock out' de los empresarios agrícolas desde que Kirchner inició su mandato, en diciembre pasado, tras la huelga de 128 días con bloqueos de rutas, que mantuvo en vilo al país entre marzo y julio pasado.

Aquel conflicto terminó con una dura derrota para Kirchner cuando el Congreso rechazó el proyecto oficial de aumentar los impuestos móviles a las exportaciones de granos, entre ellos la soja, que había desencadenado el reclamo.

Argentina es el primer exportador mundial de harinas y aceites de soja, el cuarto de trigo, el segundo de maíz -detrás de EEUU- y el tercero de granos de soja, según la secretaría de Agricultura estadounidense.

Las ventas externas de alimentos superan el 50% de las exportaciones totales de Argentina, que tiene un potencial para proveer productos agrícolas para 300 millones de personas, aunque sólo tiene 40 millones de habitantes.

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