No sé yo si en esta casa vamos a acabar siendo magnates capitalistas, por más que bajen las bolsas y puedan comprarse holdings por cuatro chavos. Me parece que no tenemos madera para ser tiburones de las finanzas. Ojalá me equivoque y salgamos de pobres, pero no creo. Nos falla el instinto. Y eso que estudiamos, ojo, y nos leemos cada día las páginas económicas del diario. Quizá el problema es precisamente ése, la lectura.
Los activistas aprovechan para recordar que ya advirtieron de los disparates del sistema económico.
Porque leyendo, leyendo, me encontré el otro día con una cosa que llamaban
Supongamos que un magnate pone 100.000 millones sobre la mesa y apuesta a que una moneda se devaluará respecto a otra en un porcentaje pequeñísimo, pongamos un 1%. Basta con que todo el mercado sepa que existe todo ese dinero respaldando la apuesta, para que la moneda en cuestión, en efecto, baje un 1%. Y el magnate, sin hacer nada, puede sacarse mil kilitos en unas horas.
A lo que íbamos. Tobin pensó que podía aplicarse un mini-impuesto sobre esas operaciones. Me parece que también podría cargarse sobre otras especulaciones, en acciones, en bonos, etcétera. Tobin pensaba en una tasa máxima del 0,5%, pero se conformaba con un 0,1%. O sea, por cada mil euros, pagar uno. No es mucho, ¿no?
La idea del economista consistía en hacer menos rentable la especulación a corto plazo, y evitar que algunos se lo llevaran crudo por la cara a costa de los demás. Pero
Lo raro es que ahora, cuando los bancos y los magnates están acojonados y dicen que sí a todo lo que mandan los gobiernos, sólo los movimientos contra la globalización sigan dando la matraca con
Los teóricos del capitalismo dicen que para cobrar
Ya ven, en cuanto aprendemos un poquito de economía, nos pasamos al bando equivocado. Tenemos muy mal arreglo.
*Periodista
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