En cualquier caso, el porcentaje es más del doble del 2% fijado por el Gobierno y confirma las previsiones que apuntaban a que la cifra llegaría al 5% antes de final de año.
Sin embargo, ante el recorte en el precio del petróleo y la menor demanda propia de un contexto de crecimiento económico lento, la tendencia se dirige a una reducción tras meses de incremento sostenido en los que el gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), Mervyn King, tuvo que remitir al ministro de Hacienda, Alistair Darling, las misivas a las que está obligado cuando los índices oficiales se alejan de los objetivos del Gobierno.
En este sentido, la inflación en agosto se situó en el 4,7%, cinco décimas inferior al los niveles de septiembre, si bien la mayor amenaza que se cierne actualmente sobre la economía británica es la recesión que organismos como el Fondo Monetario Internacional estiman que se prolongará durante todo 2009.
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