La firma considera que en el actual contexto de crisis financiera seguirán registrándose transacciones de activos de oficinas, hoteles y establecimientos comerciales, entre otros, si bien apunta que atenderán a "ventas forzosas" y a búsquedas de oportunidades para conseguir un valor razonable.
Según el estudio, en Europa se contabilizaron operaciones inmobiliarias no residenciales por valor de 105.000 millones de dólares (unos 77.000 millones de euros) en la primer mitad del año, lo que arroja un descenso del 38% en comparación con el mismo periodo de 2007.
Las inversiones trasfronterizas en el continente disminuyeron un 46%, hasta 61.000 millones de dólares (unos 45.200 millones de euros), pero siguieron constituyendo casi el 60% de la actividad total.
El menor número de operaciones se ha traducido en un "ajuste a la baja" de los precios de los activos terciarios, tendencia que, según Jones Lang LaSalle, "debería continuar a lo largo de 2009".
El informe indica además que pese a que la crisis ha reducido los volúmenes de operaciones inmobiliarias en productos terciarios en general, las ventas de edificios corporativos están siendo una excepción.
Según los expertos de la firma, el incremento de los costes financieros y la crisis económica están llevando a muchas empresas de todo el mundo a reducir costes mediante la venta y posterior arrendamiento de sus oficinas.
En concreto, este tipo de operaciones sumaron un volumen de 33.900 millones de dólares (unos 25.200 millones de euros) en todo el mundo en la primera mitad de 2008, un 10% más respecto al mismo periodo de 2007. La mitad (el 56%) de las mismas se cerraron en Europa.
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