lunes, 6 de octubre de 2008

La UE intenta lanzar un mensaje de tranquilidad a los mercados pero no logra una voz única frente a la crisis

PARÍS.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se vio hoy obligado a pedir a sus socios europeos un nuevo esfuerzo de coordinación a la hora de adoptar medidas para afrontar la crisis financiera internacional que está afectando de lleno al sistema bancario del viejo continente y llevando a los Gobiernos de la Unión a actuar en orden disperso. Además, para tranquilizar a los mercados la Unión Europea emitió una declaración garantizando la estabilidad del sistema y la protección de los ahorradores.

El compromiso alcanzado hace tan sólo dos días en la minicumbre celebrada en París por las cuatro potencias europeas del G8 (Francia, Alemania, Reino Unido e Italia) para actuar de manera consensuada ha saltado por los aires y ha puesto de relieve que la tormenta financiera amenaza con convertirse en una crisis política en el seno de la Unión.

Así, a pesar de que la canciller alemana, Angela Merkel, criticó el sábado la decisión irlandesa de garantizar los depósitos bancarios y pidió a la Comisión Europea investigar el asunto, Alemania anunciaba hoy que adoptaba la misma medida.

A Berlín se han sumado Viena y Copenhague, mientras en España, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero comunicó al sector bancario su intención de incrementar las garantías, actualmente de 20.000 euros, para reforzar la confianza de los ciudadanos, ahorradores y depositantes.

El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, reiteró, por su parte, que el Ejecutivo comunitario trabajará para garantizar que los sistemas de garantía de depósitos de los Estados miembros interactúen sin problemas. Barroso quiere elevar el mínimo garantizado en toda la UE de 20.000 a 40.000 euros.

En este contexto y a la vista de que el mensaje enviado por los cuatro grandes europeos el sábado comprometiéndose a apoyar el sistema financiero y a garantizar la liquidez no ha logrado tranquilizar a los mercados que hoy han vivido un nuevo 'lunes negro' en todas las plazas mundiales, Sarkozy redobló esfuerzos para consensuar en tiempo récord una declaración común en nombre de los 27 que leyó de manera solemne en el patio de El Elíseo.

"He tomado la iniciativa de proponer a los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea firmar el siguiente proyecto de declaración que ha sido objeto de un acuerdo unánime del conjunto de nuestros socios", comenzó diciendo Sarkozy.

La declaración, emitida simultáneamente en las 27 capitales, deja claro que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se comprometen a tomar "todas las medidas necesarias" para garantizar la estabilidad financiera, ya sea mediante la inyección de liquidez procedente de los bancos centrales, el rescate de los bancos en dificultades o la protección de los ahorros de los usuarios.

"Todos los dirigentes de la UE declaran que cada uno de ellos adoptará todas las medidas necesarias para garantizar la estabilidad del sistema financiero", continúa el texto acordado por la UE.

Estas medidas consistirán "en la inyección de liquidez procedente de los bancos centrales, en medidas dirigidas específicamente a algunos bancos o en dispositivos reforzados de protección de los depósitos".

"Ningún depositante en los bancos de nuestros países ha sufrido pérdidas, y continuaremos tomando las medidas necesarias para proteger el sistema así como a los ahorradores", prosigue la declaración que concluye con la idea de que, "al tomar estas medidas, los líderes europeos constatan la necesidad de una coordinación y una cooperación estrechas".

De la necesidad de coordinación habló hoy de nuevo el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, que se felicitó del contenido de la declaración acordada el sábado en París pero reclamó que esas palabras tengan su reflejo "en los hechos".

"Creo que es útil, pero hace falta, evidentemente, que esa coordinación se encuentre en los hechos", dijo el responsable del FMI, partidario de que los europeos reaccionen de manera conjunta para afrontar la crisis.

"Es absolutamente indispensable porque la mayoría de los establecimientos financieros son establecimientos transfronterizos y que no haya respuestas dispersas de los diferentes Estados", abundó.

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