"Las acciones se desploman. Existe el miedo a que la crisis crediticia se haya trasladado de los bancos a los estados soberanos y existe la opinión de que es cuestión de tiempo antes de que algunos países quiebren e incumplan los pagos de su deuda", expresó Jim Wood-Smith, jefe de investigación de Williams de Broe.
"Hay una fuga hacia las dos divisas consideradas refugio, el dólar y el yen. Hay un estado general de pánico", agregó.
Los bancos eran el principal lastre del mercado. HSBC perdía casi un 12 por ciento y Santander un 10 por ciento por el creciente temor a los efectos de la desaceleración en los mercados emergentes.
Morgan Stanley bajó además el precio objetivo de HSBC a 580 peniques desde 630 peniques y pronosticó un recorte del 50 por ciento del dividendo de 2009.
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