martes, 28 de octubre de 2008

Las pérdidas financieras mundiales podrían ser de 2,8 billones de dólares

LONDRES.- El sistema financiero global podría perder hasta 2,8 billones de dólares en la crisis del crédito, dijo el martes el Banco de Inglaterra, antes de una prevista rebaja de tipos de interés de Estados Unidos que otros países también podrían aplicar.

Hasta ahora los Gobiernos acordaron inyectar alrededor de 4 billones de dólares en los bancos y los mercados para contener la peor crisis financiera en 80 años, que ha producido derrumbes de las bolsas y problemas en muchos prestamistas, acelerando la llegada de una recesión en gran parte del mundo.

El Banco de Inglaterra dijo que las medidas tomadas hasta ahora para contener la crisis deberían calmar el sistema bancario, pero se mostró cauteloso con respecto al impacto en la economía en general. El organismo monetario británico proyectó pérdidas globales de 2,8 billones de dólares, y el total se elevaría hasta los 5 billones de libras (6,8 billones de euros) después de añadir el gasto acometido por los bancos centrales y los Gobiernos para recapitalizar las entidades e inyectar liquidez a los mercados.

"La inestabilidad del sistema financiero global en las semanas recientes ha sido la más severa que se recuerde", dijo el vicegobernador de la entidad, John Gieve.

"Y como un declive económico global está en curso, el sistema financiero sigue bajo tensión".

Se prevé que el Banco de Inglaterra recorte los tipos de interés la semana próxima, un movimiento que según se espera, también dispondrán el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos.

Esto buscaría alentar un aumento del gasto en economías cada vez más preocupadas por la posibilidad de que se produzca una recesión larga y profunda.

En el Informe de Estabilidad Financiera semestral publicado hoy, en el que las cifras de pérdidas globales representan ya el doble de las estimaciones que había publicado el pasado mayo. No obstante, el BoE añadió que los planes de rescate diseñados por los Ejecutivos de cada país para atajar la situación podrían reducir las pérdidas entre un tercio y la mitad

Aún así, el informe, que será enviado a cada uno de los directores de los bancos de Reino Unido, alerta de las consecuencias derivadas de la contracción de las economías internacionales y el colapso de las entidades financieras, a las que advierte de que deberán hacer frente a una normativa más severa que evite la reedición de una crisis de crédito como la actual y a una "revisión de cómo impedir un riesgo sistémico".

Para ello, el BoE demanda una reforma estructural del sistema en su conjunto que incluya un endurecimiento de las condiciones de préstamo como una de las "lecciones aprendidas" de la deriva de los últimos 15 meses, que ha dejado como resultado un impacto "que se podría considerar" sin precedentes desde el que dejó como resultado la I Guerra Mundial en el primer tercio del siglo XX.

En este sentido, el balance del banco central británico supera al emitido recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se concentraba prácticamente en exclusiva en las instituciones de Estados Unidos como país de origen de la crisis y que no incluía los reveses experimentados en las últimas semanas.

Con todo, el informe expresa cierta confianza en la capacidad de los planes de rescate para superar la situación y concretó que, en el caso de Reino Unido, los 64.000 millones de euros procedentes de las arcas públicas puestos a disposición de la recapitalización de los bancos han otorgado ya margen de maniobra para las entidades del país, que han podido evitar una venta de activos a la baja de forma inmediata.

Aún así, las pérdidas estimadas de los bancos, las aseguradoras y los fondos de inversión británicos son ya de 122.600 millones de libras (168.000 millones de euros), por lo que, tras haber previsto una recuperación gradual en el informe de Estabilidad de mayo, el BoE ha optado por la prudencia en su evaluación de la eficacia de las acciones coordinadas internacionalmente para recapitalizar los bancos y garantizar liquidez en el mercado.

En consecuencia, se limitó a mantener que, pese a mantenerse "bajo presión, el sistema financiero está mejor posicionado como resultado del excepcional paquete de capital, las garantías de fondo y liquidez". "Esto está ayudando a apuntalar el sistema y demostrar la determinación de las autoridades a hacer todo lo que sea necesario para restaurar la confianza", añadió.

Sin embargo, advierte de que, en adelante, resulta "fundamental revisar cómo gestionar un riesgo sistémico internacional" mediante la introducción de restricciones severas que atajen riesgos, en lugar de limitar las acciones a un incremento de capital y demandas de liquidez . Con todo, asume que la inyección de capital acometida ya dará como resultado que los bancos no tengan que proceder a un recorte radical de préstamo y aliviará la presión en la economía.

Pese a ello, persisten riesgos que los planes de rescate no podrán evitar, como la acelerada caída del precio de la vivienda, que podría provocar en Reino Unido que 1,2 millones vean cómo el coste de sus propiedades es menor que la hipoteca. Un efecto derivado en parte a la sobre expansión de la industria bancaria británica en tiempos de bonanza y la falta de fundamentos sólidos en períodos de contracción.

Así, las figuras revelan que en 2001, los niveles de préstamo eran similares a los de los depósitos, mientras que, en el primer tercio de 2008, la diferencia entre los primeros y los segundos era de 950.000 millones de euros. Por tanto, el informe de Estabilidad apuesta por aumentar los depósitos, estimular la asunción de activos fáciles de vender y reducir la dependencia de los mercados.

En este contexto, se espera que los grandes bancos centrales acometan un nuevo recorte de intereses, que en el caso de la Reserva Federal de Estados Unidos podría ser de entre un 1 y un 1,5 por ciento al final de la reunión de dos días que hoy comenzó para estudiar si reducir los ratios a los que había en 2001. Por su parte, los europeos decidirán la próxima semana si repiten la estrategia coordinada por la que apostaron el pasado 8 de octubre.

Entre los observadores de la Fed, el consenso apunta a una reducción de medio punto porcentual en los tipos interbancarios a 1 por ciento, que sería el menor nivel desde junio de 2004. La Fed ya ha rebajado la tasa de los fondos federales a 1,5 por ciento desde 5,25 por ciento en los últimos 13 meses.

La decisión del banco central estadounidense se conocerá el miércoles. El BCE y el Banco de Inglaterra rebajarían el coste del crédito en sus respectivos encuentros del jueves de la semana próxima.

De cara a una restricción de la financiación y un agudo declive económico en gran parte del mundo industrializado, las principales compañías se unieron a los bancos en las filas para pedir ayuda a los Gobiernos.

Las compañías de automoción estadounidenses General Motors y Chrysler buscaron fondos del Gobierno para una fusión, algunos bancos de Corea del Sur acudieron a una ventanilla de financiación de la Reserva Federal y Rusia conversa con China por unos préstamos garantizados por exportaciones para sus empresas.

Japón también restringió las apuestas de los inversores a las caídas de los precios de las acciones para tratar de poner fin a la bajada de la bolsa, que ha golpeado particularmente a su sector bancario.

Las autoridades japonesas también trataron de contener, por medio de declaraciones, una subida del yen que amenaza con profundizar la desaceleración económica del país.

El jueves, las acciones europeas subían un 0,9 por ciento, después de que el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio ganara un 6,4 por ciento tras hundirse a mínimos no vistos en 26 años.

El primer ministro Taro Aso aplazó unas elecciones parlamentarias para tomar medidas destinadas a la protección de la economía japonesa, la segunda más grande del mundo, de la recesión global.

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