Es posible que las instituciones españolas experimenten pronto escasez de capital, en especial en comparación con sus homólogos europeos recapitalizados. Situada en torno al 7%, su relación de capital básico a activos es más baja que los nuevos criterios del 9%-10% establecidos en el Reino Unido y Suiza.
Es cierto que las comparaciones directas son equívocas. El Banco de España hizo que los bancos aumentasen sus reservas genéricas al nivel más alto de Europa. Pero los beneficios bancarios se reducirán en los próximos meses, debido a la crisis que experimenta la economía española y al estallido de la burbuja inmobiliaria. En este contexto, es probable que algunos de los bancos españoles tomen la precaución de incrementar su capital.
Para los grandes bancos y algunos de los medianos, la alternativa a la ayuda estatal es el sistema del hágalo usted mismo. Podrían vender activos o reunir capital de manera privada, aunque eso tal vez sea difícil en estos mercados nerviosos.
Otros bancos tendrán que fusionarse para reducir costes. En especial, las cajas de ahorros españolas, que no cotizan en Bolsa y componen la mitad del sector financiero, son más vulnerables. Aproximadamente el 70% de su cartera de préstamos corresponde al inflado sector inmobiliario.
La clave está en encontrar cajas de ahorros suficientemente fuertes como para absorber a sus rivales con problemas. La mayoría publican pocas cifras financieras, de modo que es difícil juzgar su estado. El Banco de España debería exigir más transparencia al controlar sus procedimientos de fusión. Estas cajas deberían también comprometerse a salir a Bolsa cuando los mercados se recuperen.
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