jueves, 16 de octubre de 2008

Los líderes europeos confirman los objetivos de lucha contra el cambio climático pese a la crisis

BRUSELAS.- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea acordaron hoy durante la cumbre de Bruselas que seguirán adelante con sus ambiciosos objetivos de lucha contra el cambio climático pese a la actual crisis financiera y ratificaron su voluntad de llegar a un acuerdo antes de final de año sobre las medidas necesarias para poner en práctica estos objetivos.

Los líderes europeos encargaron además a la presidencia francesa y a la Comisión que durante las próximas semanas busquen "soluciones para los países que han manifestado su inquietud", según explicó el presidente francés, Nicolás Sarkozy, al término de la cumbre de Bruselas.

Los líderes europeos se comprometieron en marzo de 2007 a reducir las emisiones de efecto invernadero un 20% de aquí a 2020, a incrementar hasta el 20% la cuota de renovables en el mismo plazo y a ahorrar un 20% de energía. En estos momentos, los 27 están discutiendo las medidas para aplicar en concreto estos compromisos y se han comprometido a alcanzar un acuerdo antes de finales de año.

En las últimas semanas, con el agravamiento de la crisis financiera, han surgido dudas sobre la conveniencia de mantener estos objetivos. Así, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha llegado a amenazar con vetar estas medidas.

También Alemania ha mostrado sus reticencias. Y Polonia, Bulgaria, Estonia, Hungría, Lituania, Rumanía y Eslovaquia pactaron una declaración común en la que exigían que la lucha contra el cambio climático tuviera en cuenta la necesidad de preservar el crecimiento económico.

"La presidencia francesa ha batallado para no abandonar los objetivos, la ambición y el calendario del paquete sobre clima y energía", insistió Sarkozy. Explicó que el debate "no fue fácil" y que debió poner en la balanza "todo el peso de Francia", pero dejó claro que el desafío del cambio climático "es tan importante que no podemos abandonarlo bajo el pretexto de la crisis económica".

Por su parte, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, destacó que los 27 han confirmado "el mismo nivel de ambición" en la lucha contra el cambio climático pese a las dudas de los últimos días. Barroso admitió no obstante que todavía queda un "trabajo inmenso" por hacer para "encontrar soluciones específicas a los problemas específicos".

Berlusconi advirtió de que si la Unión Europea quiere ser la "abanderada" de la lucha contra el cambio climático y mantener sus objetivos de reducción de emisiones para 2020, "todos los ciudadanos europeos" deberán asumir "en igual medida" el coste de su cumplimiento, tanto los de los países que cuentan con una industria fuerte como los de los Estados miembros que no son productores.

En una línea similar se expresó la canciller alemana, Angela Merkel, que resaltó que las medidas que aplique la Unión Europea para combatir el cambio climático y cumplir los objetivos de reducción de emisiones "deben tener en cuenta" las condiciones "específicas" de cada país. Una condición que "naturalmente, interesa a Alemania", apuntó.

Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que "España está en condiciones de asumir los compromisos para afrontar el cambio climático de reducción de emisiones y de potenciación de energías renovables".

Según el presidente del Gobierno, "es fundamental y no sólo no es un freno para nuestro desarrollo económico sino que es un estímulo, es un camino adecuado".

Durante la cumbre de Bruselas, los líderes europeos ratificaron el plan de rescate bancario aprobado por los países de la eurozona en París el domingo y acordaron crear una "célula de crisis financiera".

Este mecanismo reunirá a representantes de la presidencia de la UE, del presidente de la Comisión, del presidente del Banco Central Europeo (BCE) y del presidente del Eurogrupo. Podrá ser activado por cualquier Estado miembro en situación de crisis y servirá para mejorar la coordinación en las actuaciones que sea necesario llevar a cabo.

Los Veintisiete se comprometieron a reforzar la supervisión del sector financiero europeo, especialmente de los bancos transnacionales, pero la única medida concreta que adoptaron en este sentido fue la de pedir a los supervisores nacionales que se reúnan al menos una vez al mes. También reclamaron que las indemnizaciones de despido de los directivos de empresas (apodadas 'paracaídas dorados') dependan de su contribución al éxito de la compañía.

Finalmente reiteraron su apoyo unánime a la convocatoria de una conferencia internacional en noviembre y posiblemente en Nueva York para refundar el sistema financiero internacional y evitar que se repitan crisis como la actual.

Pero más allá del sector financiero, los líderes europeos anunciaron que tomarán las medidas necesarias para apoyar a sus industrias frente a la crisis y pidieron a la Comisión que antes de finales de año presente propuestas en este sentido. Sarkozy reclamó a los 27 que mantengan la coordinación lograda para diseñar el rescate bancario a la hora de elaborar un programa para hacer frente a la amenaza de recesión, aunque dijo que no hay acuerdo en este punto entre los jefes de Estado y de Gobierno.

El presidente francés justificó la necesidad de que la UE apoye a su industria en el hecho de que Estados Unidos está haciendo lo mismo. En este sentido, recordó que la administración norteamericana ha aprobado 25.000 millones de dólares de préstamos a tipo reducido para sus tres fabricantes de coches, lo que plantea problemas de competencia.

"¿Podemos pedir a la industria europea que produzca vehículos limpios y cambiar su aparato industrial en cuestión de meses sin echarles una mano?", señaló.

Por su parte, Zapatero aseguró que los miembros de la UE realizarán un esfuerzo de apoyo a la industria y, "de manera singular", en sectores prioritarios como el automóvil que, "como consecuencia del frenazo económico, tiene que reducir la producción, lo que impacta directamente sobre el empleo".

En este sentido, el ministro de Economía italiano, Guilio Tremonti, comentó irónicamente que "hasta haces unas horas, estaban prohibidas las ayudas" a la industria, a pesar de que en el Tratado de Roma "hay un amplio espacio" para su aplicación.

"Pero todo ha cambiado", apuntaron al unísono Tremonti y Berlusconi a los medios. "Las ayudas de Estado hasta ayer eran pecado, las ayudas de Estado desde ayer son un imperativo categórico", remachó el primer ministro transalpino.

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