viernes, 17 de octubre de 2008

Para Irán, la crisis financiera anuncia el fin del capitalismo

TEHERÁN.- Fin del capitalismo, fracaso de la democracia liberal y hasta castigo divino: para Irán, la crisis financiera mundial revela ante todo la superioridad del modelo de la República Islámica.

Para el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, esta crisis debe colocarse en la historia en el mismo nivel que el fin de la URSS: "la escuela del marxismo se derrumbó y los ruidos del resquebrajamiento de la democracia liberal occidental se escuchan en estos momentos", dijo el lunes.

"Es el fin del capitalismo", afirmó el martes el presidente Mahmud Ahmadinejad, un ultraconservador que goza del apoyo del ayatolá Jamenei.

Estas convicciones, que hallan su fuente en los valores de la revolución islámica de 1979, resurgieron con la llegada de Ahmadinejad al poder, en 2005. Desde entonces el presidente iraní no ha parado de criticar la supuesta "decadencia" del mundo occidental y ha aprovechado la magnitud de la actual crisis financiera en el mundo para reactivar el tema.

Ahmadinejad se vio confortado en su análisis por el hecho de que la Bolsa de Teherán no vivió los golpes asestados a las plazas financieras del Golfo, aunque esto se debe ante todo a la casi total ausencia de inversionistas extranjeros en la plaza iraní y al grado muy elevado de nacionalización de su economía.

Varios diarios iraníes, tanto reformistas como conservadores, achacaron la responsabilidad de la crisis a los excesos del liberalismo. Pero algunos funcionarios llegaron a conclusiones menos ortodoxas. El jefe del Consejo de los Guardianes de la Constitución, órgano dominado por los conservadores, mencionó el "castigo divino".

"Esta gente está sacando el fruto de sus malas acciones", dijo el ayatolá Ahmad Janati en su oración del viernes, al celebrar "que este problema alcance ahora a Europa".

Dos días antes, el presidente iraní dio la orientación al explicar que "la razón de su derrota es que olvidaron a Dios y la piedad" y la catástrofe financiera sería así un signo divino de que "los tiranos y los corrompidos serán reemplazados por gente piadosa y creyente". Ahmadinejad dijo luego que un "sistema bancario islámico nos ayudará a sobrevivir a la crisis económica actual".

Su gobierno puso el acento sobre el desarrollo del préstamo sin usura, pero con poco éxito. Para varios teólogos musulmanes de Oriente Medio, la crisis financiera y la amenaza de una recesión mundial confirman la superioridad del sistema económico basado en la 'sharia' islámica -que prohíbe el interés, pero autoriza el beneficio-, en la que ven una "alternativa" al capitalismo.

La actual crisis mostró "la necesidad de realizar una reestructuración radical y estructural del sistema financiero mundial (...) y el sistema económico basado en el islam ofrece una alternativa que reduciría los riesgos", declaró el decano de la Facultad de Estudios Teológicos de la Universidad de Doha, Hatem Al-Naqrachaui.

"Los bancos islámicos no compran a crédito, sino que manejan fondos concretos (...), lo que los pone a salvo de las dificultades experimentadas ahora por los bancos estadounidenses y europeos", dijo por su parte el director general del Qatar International Islamic Bank, Abdel Bassat Al-Chibi.

Las finanzas islámicas se distinguen del capitalismo en dos planos fundamentales. Por un lado, por su rechazo a los préstamos con interés ('riba'), considerados como usura, lo que prohíbe el islam, y como especulación. Por otro lado, por el hecho de que riesgos y ganacias son compartidos entre el banco y el cliente.

Para el guía supremo iraní, la crisis actual refleja la superioridad del modelo político iraní, que mezcla elementos democráticos con teocracia. Asimismo celebró el pasado lunes la "victoria de la revolución islámica" frente a las escuelas de pensamiento marxista y liberal, la primera de las cuales "desapareció" y la segunda "está en decadencia", en su opinión.

El régimen iraní no da ninguna legitimidad a conceptos como democracia y derechos humanos, a los que considera asuntos con los que las fuerzas "imperialistas" imponen su dominación en el mundo.

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