lunes, 20 de octubre de 2008

Presionada por la crisis, la economía china deberá acelerar sus cambios

PEKÍN.- La crisis mundial obliga a China a transformar sus fuentes de crecimiento, potenciando por ejemplo la demanda interna, para depender menos de las economías occidentales, estimaron los analistas.

Al anunciar este lunes que el crecimiento se desaceleró a un 9% interanual en el tercer trimestre -su nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2003- el Gobierno de Pekín fue el primero en hacer un llamamiento al reajuste de las posibilidades internas de crecimiento.

"El potencial de demanda interna es bastante grande, hay margen para incrementar esa demanda", declara Li Xiaochao, portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas.

China depende demasiado de sus exportaciones, que representan un 37% de su PIB, por lo que desde hace ya tiempo indicó su deseo de promocionar el consumo interior para amortiguar una disminución de la demanda extranjera.

"China promueve desde hace mucho tiempo una economía orientada hacia el exterior", señala Ren Xianfang, una analista de Global Insight en Pekín.

"El debilitamiento del sector de las exportaciones puede traducirse en sueldos más bajos y pesar sobre el consumo y, por tanto, sobre la inversión privada", advierten los analistas de JP Morgan en una nota.

El consumo interno chino aportó 4,7 de los 11,9 puntos de crecimiento registrados en 2007, por lo que sólo representó alrededor de 40% del aumento del PIB en ese año, mientras que en los países occidentales ese porcentaje es del orden del 70%.

El resto del aumento se debió a las inversiones (4,6 puntos) y al excedente comercial (2,7 puntos).

"Hace falta algo más que buenas palabras para cambiar el modelo de crecimiento y orientarlo hacia un mayor consumo. Eso necesita políticas a largo plazo", subraya Ren.

Con este objetivo, los expertos abogan desde hace años por una mejora de la protección social de los 1.300 millones de habitantes de China, que es la cuarta economía del planeta.

Y es que garantizar pensiones y seguridad social permitiría reducir el ahorro que realiza una importante parte de la población china en previsión de la vejez o de posibles problemas de salud.

El Gobierno de Pekín reflexiona, asimismo, sobre la reforma del sistema de sanidad, para que pueda existir una asistencia básica para todos los habitantes del país de aquí a 2020.

Numerosos economistas también están a favor de medidas fiscales y monetarias y consideran que el Gobierno dio un paso positivo al decidir una bajada de la tasa de interés a principios de octubre.

"Se debe adoptar una política fiscal más agresiva para estimular la demanda doméstica porque las medidas de disminuir el IVA (impuesto sobre el valor añadido) a la exportación o aumentar los préstamos a las pequeñas y medianas empresas no resolverán el problema de la demanda final", comentan los analistas de JP Morgan.

"Una demanda final débil es el problema clave", subrayan.

Por el momento, las autoridades chinas parecen favorecer los gastos de inversión como motor de crecimiento -algo que algunos expertos no juzgan forzosamente como juicioso-, tras años de haber intentado frenarlos para evitar el recalentamiento de la economía.

Citado por la agencia China Nueva, el investigador gubernamental Zhang Liqun subrayó de esta forma que "las inversiones deberían ser cuidadosamente mantenidas a un ritmo razonable".

Las inversiones en capital fijo en zonas urbanas progresaron un 27,6% entre enero y septiembre (y un 29% sólo en el mes de septiembre), mientras que "sólo" aumentaron un 26,8% en el primer semestre.

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