Las noticias sobre despidos masivos en empresas francesas como el fabricante de coches Renault o la minorista en Internet La Redoute han presionado a Sarkozy para que adapte su paquete de rescate bancario de 360.000 millones de euros para ayudar a los ciudadanos de a pie.
Sarkozy prometió aliviar las restricciones sobre el uso de los contratos de trabajo de corta duración por parte de las pequeñas y medianas empresas, financiar 100.000 contratos adicionales de trabajo subsidiados en el presupuesto del año que viene, extender el uso de programas de capacitación subsidiados y facilitar que la gente pueda trabajar los domingos.
"Esta es la tercera etapa de nuestro plan global para responder a la crisis a la que se enfrenta Francia, junto con el resto del mundo", declaró Sarkozy durante un discurso en un centro de trabajo de Rethel, en el norte del país, que tiene una tasa muy alta de desempleo.
Las primeras dos etapas son el paquete de rescate bancario y medidas para ayudar a las pequeñas empresas, anunciadas la semana pasada.
"La tercera etapa es para movilizarse en favor del empleo. Atañe a los empleados directamente, especialmente a aquellos que se sienten amenazados en sus trabajos", dijo Sarkozy.
Horas antes de su anuncio, los datos oficiales demostraron que los consumidores temían un aumento acusado en el desempleo y las empresas esperaban que los negocios empeoraran en los próximos meses.
"El fantasma del desempleo ha vuelto a perseguir a Francia", declaró Gilles Moec, analista de Bank of America.
El desempleo ya estaba creciendo antes de que la crisis financiera se agudizara el mes pasado, y los últimos datos mostraron un salto en el número de desempleados en agosto hasta cerca de los dos millones. Desde entonces, el bajo crédito ha ensombrecido las perspectivas económicas.
La tasa de paro en Francia y en sus territorios de ultramar se elevó al 8 por ciento en agosto, desde el 7,8% en julio, según los últimos datos oficiales de la Unión Europea, y los analistas esperan incrementos mucho más abruptos para el resto del año y en 2009.
Sarkozy advirtió a las empresas contra lo que llamó "estrategias cínicas y oportunistas".
"Estoy pensando en aquellos que podrían sacar ventaja de la crisis para reducir la actividad y la plantilla por razones que no tienen nada que ver con la crisis. Aquellos que quieren jugar a ese juego quedan advertidos: el Gobierno será implacable", declaró Sarkozy.
Francia se enfrenta a un gran déficit presupuestario y el plan de rescate para los bancos de Sarkozy ha causado gran sorpresa en el país, después de que el presidente dijera a principios de año que su margen de maniobra era limitado porque las "arcas del Estado están vacías".
Después de haber encontrado 360.000 millones de euros para los bancos, Sarkozy se ha visto presionado por la opinión pública para que también ayude a los trabajadores.
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