viernes, 10 de octubre de 2008

Un escándalo de corrupción pone en jaque al Gobierno de Perú

LIMA.- Un clima de zozobra prevalecía en Perú a raíz de un escándalo de corrupción que ha arrinconado al gobierno de Alan García por un presunto negociado a favor de una petrolera noruega, en medio de reclamos de la oposición, que exige la renuncia inmediata del gabinete ministerial.

Ante la gravedad de las denuncias los integrantes del equipo ministerial pusieron sus cargos a disposición de García, según lo ratificó el jefe de gabinete, Jorge del Castillo, en un breve mensaje al país la noche del jueves.

"Rechazamos tajantemente cualquier insinuación y no aceptamos imputaciones sin sustento ni pruebas, basadas únicamente en especulaciones de personas que se han colocado al margen de la ley", dijo. Los ministros "no nos aferramos al cargo y en ningún caso seremos obstáculo" para el gobierno, agregó.

El escándalo, el mayor que se produce en el Gobierno de García, que concluye en 2011, podría derivar en una crisis política si éste decide cambiar a Del Castillo, lo que acarrearía la dimisión de todo el gabinete, según mandato constitucional.

Un escenario peor es el de la moción de censura que se promueve contra el equipo de gobierno, anunciada por la oposición política que -encrespada y en forma unánime- ha advertido que si el mandatario no cambia a su gabinete censuraría a Del Castillo y a su equipo la próxima semana.

Para intentar contener esta posibilidad, Del Castillo se presentó el jueves con su gabinete ante la sede del Congreso, lo que generó un incidente con la oposición. "Hemos venido a dar la cara ante el Congreso, hemos venido a limpiar nuestro honor y dar las explicaciones al país", dijo en medio de un clima tenso.

La respuesta de los legisladores opositores -de izquierda, centro y derecha- fue retirarse en protesta del hemiciclo donde se realizaba una sesión del pleno congresal.

El legislador opositor Edgar Reymundo dijo antes de retirarse que Del Castillo buscaba interferir en el trámite regular de una moción de censura presentada ante el Parlamento.

Las bancadas opositoras habían acordado previamente no recibir el jueves al jefe del gabinete hasta el martes, cuando se debatirá el pedido de censura.

Si la oposición logra su objetivo sería la primera vez -desde la restauración de la democracia en 1980- que un gabinete cae bajo un voto de censura.

Del Castillo ha rechazado tener vinculación con el escándalo de corrupción del que son cabezas visibles Rómulo León, ex ministro en el primer gobierno de García (1985-1990), y Alberto Quimper, destituido esta semana del directorio de la estatal PerúPetro, envueltos -según audios revelados por la prensa local- en cobro de fuertes sumas de dinero para favorecer a la noruega Discover Petroleum.

Nueve audios -que revelan gestiones y pagos para que Discover obtenga, como en efecto obtuvo, concesiones petroleras- han sido revelados entre el domingo y el miércoles, y Del Castillo es mencionado en dos de ellos.

Del Castillo ha admitido que se reunió a comienzo de año con León y también con Fortunato Canaán, representante de Discover, señalando que los recibió como recibe a muchos empresarios extranjeros, pero negó haber realizado gestiones para favorecer a la firma noruega.

Además, afirmó que su gestión y la de su gabinete ha sido limpia y transparente y que no se puede manchar por el proceder de "dos o tres rateros", para quienes pidió la mayor sanción.

El jefe de gabinete denunció la existencia de una red mafiosa que ha hecho de la interceptación de comunicaciones "una industria organizada y orientada evidentemente a la persecución política lo cual es inadmisible en democracia".

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