viernes, 10 de octubre de 2008

Una delegación negocia en Reykiavik garantías para los depósitos mientras Brown insiste en culpar a Islandia

LONDRES.- Una delegación del Ministerio de Hacienda británico se ha trasladado a Reykiavik para mediar en la polémica por los depósitos bancarios de Reino Unido afectados por el colapso de los bancos islandeses, entre los que figuran ayuntamientos, empresas y ONGs, tras la polémica surgida entre ambos países por una responsabilidad que, según el primer ministro británico, Gordon Brown, recae sobre las autoridades islandesas.

En declaraciones a la BBC, Brown confirmó hoy el inicio de los contactos con el Gobierno de Geir Haarde y, tras advertir de que "hay mucho que investigar" acerca de dónde están siendo retenidos los activos, declaró: "Puedo asegurar a la gente que estamos haciendo todo lo que están en nuestra parte para que tenga su dinero", ante la preocupación suscitada por los miles de millones de libras afectados por el colapso de la banca del país insular.

La intervención se produce tras el cruce de declaraciones entre ambas administraciones, que se culpan mutuamente de la situación, después de que el propio Brown declarase que la actuación islandesa era "efectivamente ilegal" e "inaceptable" y Haarde reprochase a Londres que hubiese empleado la legislación antiterrorista para confiscar activos de uno de los bancos de su país, así como de haberlos dejado fuera de su plan de rescate.

No obstante, hoy mismo Reino Unido expresó su interés por restablecer el contacto con un país con el que siempre ha mantenido tensas relaciones debido a conflictos marítimos y, tras las conversaciones iniciadas ayer, según informó Brown, una delegación de Hacienda ha partidoa Reykiavik para asegurar que los usuarios británicos no perderán sus inversiones por la crisis bancaria.

Uno de los principales problemas radica en la guerra de cifras entre administraciones, si bien Londres ya ha anunciado que prevé demandar la devolución inmediata de 1.000 millones de libras en concepto de fondos invertidos por los ayuntamientos y otras instituciones públicas, para proceder posteriormente a establecer un calendario.

El objetivo de Hacienda es dar con una solución que proteja a los inversores británicos y garantice a los ayuntamientos y otras entidades que recuperan el dinero "tan pronto como sea posible".

Para ello, representantes del Gobierno y de instituciones financieras como el Banco de Inglaterra (BoE) o la Autoridad de Servicios Financieros (FSA) dedicarán el fin de semana a poner conto a la crisis y rebajar el enfrentamiento entre ambos países, acuciado por las críticas de Brown a la desprotección a la que el Ejecutivo islandés condenó a los ahorros de los británicos tras nacionalizar los tres principales bancos del país.

En este sentido, el ministro de Hacienda, Alistair Darling, aseguró que todos los clientes contarán con cobertura a partir de una batería de medidas adoptadas para proteger los activos depositados en las entidades Heritable y Kaupthing. Sin embargo, está a la espera de conocer el caso para los clientes de la firma 'online' IceSave, que no está regulada en Reino Unido, y cuándo los 300.000 afectados podrán tener su dinero de vuelta tras el colapso de su socio islandés Landsbanki.

Brown confirmó que su gabinete ya había congelado todos los activos de este banco en Londres, que amenaza además con adoptar acciones similares contra otras compañías islandesas ante la preocupación por los efectos que la crisis de Reykiavik puede acarrear para la economía británica.

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