La compañía, que presentó hoy el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a las autoridades laborales, matizó que la decisión se enmarca en un "plan de reestructuración" puesto en marcha en el sector de la producción de helados y que "podría llevar al cierre de la planta" catalana.
La medida se ha adoptado "después de investigar a fondo todas las opciones posibles y es el resultado de dos años de análisis de la viabilidad" de la factoría, reza el comunicado emitido por Unilever.
Los principales motivos esgrimidos por la compañía son los elevados costes de la fábrica, que está trabajando "por debajo del 50% de sus posibilidades" debido a la estructura organizativa de los centros de producción de helados de la compañía.
"Todas las fábricas (de helados) están produciendo por debajo de su capacidad", señaló Unilever.
La fábrica catalana es una de las más pequeñas del grupo en este segmento, con una producción anual de 35 millones de litros, el 5% del total de litros producidos por Unilever en Europa (unos 685 millones).
El comité de empresa mostró su rechazó por considerar que "no existe causa que justifique la decisión", y añadió que el problema de sobreproducción de helados "no se resolverá con el cierre de Barcelona", afirmó la secretaria sindical de CC.OO. de Cataluña en la empresa, Maribel Navarro.
"Frigo representa un parte muy pequeña de la capacidad total del continente", recordó la representante sindical, que lamentó la "sorpresa" con la que los trabajadores recibieron hoy la noticia de presentación del expediente.
La producción de Barcelona se destina al mercado exterior en un 60%, mientras que el 40% restante se destina al mercado español.
La dirección de Unilever se comprometió a buscar todas las soluciones posibles para sus empleados y "darles todo el apoyo necesario durante este periodo de incertidumbre". Asimismo, anunció el inicio de un proceso de negociación para estudiar planes sociales que permitan una reestructuración "en las mejores condiciones".
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