Por el contrario, aseguró que, tras un primer "periodo de dificultad" en el que "va a costar crecer", España recuperará la capacidad de crecimiento "en un tiempo razonable" y la de creación de empleo. "No perderemos esa riqueza, se lo puedo asegurar", subrayó.
Ahora bien, Zapatero reconoció que sólo se dará una recuperación del empleo "cuando se recupere globalmente la economía". "Para ello, tenemos que recuperar la confianza en el sistema financiero", añadió.
Dicho esto, el jefe del Ejecutivo insistió en que el sector de la construcción no es el único causante de la crisis actual. Así pues, Zapatero afirmó que "la construcción residencial va a seguir siendo superior en España a la de otros países", ya que, entre otras cosas, el ritmo de creación de hogares seguirá situado en el entorno de los 450.00 anuales.
Zapatero reconoció que la economía española deber reforzar sus 'puntos débiles', y añadió que "necesita una inyección de innovación y competitividad", así como una mejora de la formación profesional.
Zapatero, aseguró también que las medidas financieras adoptadas por el Ejecutivo, en coordinación con la UE, para aportar mayor liquidez y confianza a los mercados ya están dando "buenas noticias".
Durante su intervención en la sesión de control del Senado argumentó que los mercados financieros siguen "respondiendo favorablemente" a estos estímulos consensuados en la zona euro, junto con Gran Bretaña, y que el Euríbor lleva ya tres días de descenso.
Además, Zapatero resaltó que el dato del IPC en septiembre, con una caída hasta el 4,5%, refleja una "muy buena evolución" de los precios, que "previsiblemente" se mantendrá "hasta fin de año".
"Siempre hemos sido conscientes --añadió-- de que el problema fundamental en todos los países desarrollados y cada vez más en los emergentes, tiene que ver con la falta de liquidez", algo que, dijo, tiene un efecto "extremadamente grave" sobre las empresas y la economía.
En este punto, Zapatero aseguró que se ha demostrado que "la tesis del Gobierno" era cierta y que "las únicas medidas que podían cambiar la situación" y suponer un "momento de inflexión" en los mercados financieros tenían que ser "coordinadas" y "fuertes" a nivel europeo.
La puesta en marcha de estas medidas "ha sido útil cuando toda la UE, más Gran Bretaña, ha puesto un poderoso plan de apoyo al sistema financiero", añadió.
Por otro lado, el jefe del Ejecutivo quiso dejar claro que su Gobierno no es partidario de la intervención del Estado en los mercados.
"Es verdad que los parámetros ideológicos clásicos pueden estar en cierta revisión y esto puede provocar cierta perplejidad", dijo para añadir a continuación que no es partidario de "la planificación", ya que "hay ejemplos claros de que no funciona", y sí de un Estado que "garantice, controle y regule" el sistema financiero.
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