Ese es uno de los principales retos que los líderes mundiales que asistieron a la cumbre del fin de semana le dejaron al presidente electo, cuando se comprometieron a tomar acciones para evitar que se repita la crisis financiera que ha provocado un caos económico en el mundo.
"Obama tiene ante sí una tarea descomunal", dijo Morris Goldstein, del Instituto Peterson para la Economía Internacional, que pasó años trabajando en el Fondo Monetario Internacional.
"Tiene muchas cosas que resolver rápidamente en una serie de áreas y no cuenta con mucho tiempo para pensar detenidamente sobre ellas", señaló Goldstein el domingo en una entrevista.
Eso pondrá mucha presión sobre Obama, que no participó en la cumbre de emergencia de dos días que concluyó el sábado. En lugar de ir personalmente envió representantes como la ex secretaria de Estado Madeleine Albright y el ex representante republicano Jim Leach, a fin de que sostuvieran reuniones privadas con los líderes.
Cuando Obama tome juramento al cargo, deberá dilucidar pronto hasta dónde está dispuesto su gobierno a llegar en la reorganización de la supervisión a empresas financieras y productos, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, y en la definición de los detalles clave.
"Obama tiene una montaña increíble por escalar en lo que respecta a la situación económica y financiera", destacó Richard Yamarone, economista de Argus Research.
El presidente saliente George W. Bush fue el anfitrión de la cumbre, donde casi dos docenas de líderes extranjeros respaldaron objetivos amplios a fin de evitar calamidades futuras y reanimar la economía mundial.
Les corresponde a los ministros de finanzas establecer los detalles para poner en práctica esos cambios antes de que concluya marzo. Los líderes tienen previsto realizar la próxima cumbre el 30 de abril, a escasos meses de que haya comenzado el mandato de Obama.
"Me parece que eso coloca a Obama y a su nuevo gobierno en una posición muy difícil", indicó Steven Schrage, un ex funcionario comercial del gobierno de Bush, que ahora trabaja en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales.
Entretanto, el nuevo presidente va a estar bajo una inmensa presión para llevar alivio a millones de estadounidenses que han visto desaparecer empleos, reducirse los ahorros para su jubilación, caer los precios de las viviendas, incrementarse la ejecución de hipotecas y a los bancos sumidos en graves problemas por la crisis económica y financiera.
"No nos equivoquemos: estamos ante el mayor reto económico de nuestro tiempo", destacó Obama el sábado en un discurso semanal por una radioemisora demócrata. "Y aunque el camino que nos espera será largo y requerirá trabajo duro, sé que podremos superar esta crisis", agregó.
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