domingo, 9 de noviembre de 2008

Brasil dice que el G-20 acuerda la necesidad de medidas coordinadas

SAO PAULO.- El Grupo de las 20 economías grandes y emergentes coincidió el domingo en la necesidad de una acción coordinada para enfrentar la crisis financiera global, dijo Brasil, que preside el grupo este año.

Pero el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, declaró a los periodistas al término de la reunión anual del G-20 celebrada en Sao Paulo que los detalles de esa acción no se han finalizado todavía y que no hubo acuerdo sobre las propuestas para aumentar la regulación de los mercados financieros.

Mantega también señaló que el G-20 considera necesarias políticas anticíclicas para hacer frente al impacto de la crisis financiera mundial..

"Los países deben realizar políticas anticíclicas (...) y esas políticas deben estar adecuadas a las posiciones de cada país", dijo en una rueda de prensa al término de la reunión de dos días celebrada en la ciudad que es el centro financiero de Brasil.

"Por ejemplo, los países que tienen una situación fiscal más sólida, podrán hacer más acciones fiscales", agregó.

El ministro dijo que China "salió al frente" al anunciar medidas de estímulo. "Otros países también comenzaron a tomar políticas anticíclicas disminuyendo impuestos, aumentando el gasto público y las inversiones", dijo Mantega.

Los resultados de sus deliberaciones serán presentados a la cumbre del grupo que se celebrará el próximo sábado en Washington. La regulación de los mercados, la reforma de los organismos multilaterales, más poder para los emergentes, el rol del Estado, la reducción de intereses, la liberación de crédito y la inyección de liquidez, son algunos de los temas sobre la mesa de los responsables de las 20 mayores economías del mundo.

El subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, David McCormick, aseguró que la tónica de la reunión de la víspera fue "muy positiva" al analizar las medidas más apremiantes para solucionar la crisis que nació en Estados Unidos, se extendió a los demás países industrializados y amenaza al resto del mundo.

"Es una crisis global y exige soluciones globales. Es el momento de formular propuestas para un cambio sustantivo en la arquitectura financiera mundial", reclamó el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva al abrir la reunión del sábado, en un discurso calificado por McCormick como "positivo".

Las discusiones finalizaron después del mediodía de este domingo, y sus resultados fueron divulgados por el anfitrión y presidente protempore del grupo, el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mántega, y sus pares de Sudáfrica y Gran Bretaña.

Al fin de la primera sesión de debates, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, defendió la necesidad de "modernizar el sistema multilateral para incluir la voz de importantes países en desarrollo, como Brasil". Zoellick dijo que en la reunión del G-20 "han sido puestas algunas muy buenas ideas sobre la mesa" que ayudan "a construir una red para un nuevo sistema multilateral que esté más atento a las realidades económicas del siglo XXI".

Lula, en tanto, reclamó "acciones coordinadas" contra la crisis y "un pacto (...) para una nueva arquitectura financiera mundial, capaz de promover seguridad y desarrollo con bases equitativas para todos". "El G-7 (grupo de siete países más ricos del mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Japón y Francia) no tiene más condiciones de conducir los asuntos económicos del mundo. La contribución de los países emergentes es también esencial", acotó.

Para Lula, el sistema financiero "cayó como un castillo de naipes, y con él se vino abajo la fe dogmática en el principio de la no intervención del Estado en la economía. Muchos de los que abominaban el papel del Estado en la economía pasaron a pedir desesperadamente su ayuda". "Miles de millones de seres humanos esperan que estemos a la altura de los desafíos que la realidad nos colocó por delante. No podemos, no debemos, y no tenemos el derecho de fallar", advirtió.

El G-20 cuenta con la participación de ministros de Economía y titulares de Bancos Centrales del G-7, de la Unión Europea y de los emergentes Australia, Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía. También participaron los presidentes del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM) y del Banco Central europeo.

La tónica de la reunión de Sao Paulo fue similar al de los líderes europeos en Bruselas, quienes coincidieron en una "posición común" sobre la reforma del sistema financiero mundial antes de la Cumbre de Washington. "Europa irá a Washington con la voluntad de defender una línea: la de la transparencia y la refundación", expresó el presidente francés Nicolas Sarkozy.

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