viernes, 14 de noviembre de 2008

China acepta con cautela su papel de 'salvador' en la reunión del G-20

PEKÍN.- China aborda la cumbre que comenzará mañana en Washington con una actitud positiva ante la mayor aceptación de su papel como gran actor internacional en la resolución de la actual crisis financiera, pero también con reservas a la hora de asumir grandes compromisos fuera de sus fronteras.

El mensaje desde el gigante asiático es que se contribuirá a la estabilidad de las finanzas del planeta, aunque a su manera, según se desprende las declaraciones del viceministro de Finanzas chino, Yi Gang.

"Estamos participando de forma positiva en las medidas de rescate para resolver esta crisis internacional. Hay muchas formas de hacerlo. Podemos hacerlo de forma bilateral, con intercambios de divisas (currency swaps). Y podemos hacerlo de forma multilateral, participando en actividades partiendo de la plataforma del FMI (Fondo Monetario Internacional)", declaró hoy, en rueda de prensa Yi Gang.

Sin embargo, advirtió Yi, "lo primero es que hagamos nuestro propio trabajo bien. La mayor contribución que China puede hacer es ofrecer una economía y un mercado financiero y de capital estables", dijo.

Las grandes potencias ven en China, en sus grandes reservas de divisa extranjera y en una economía que de momento parece estar resistiendo el envite de la recesión económica una esperanza para seguir adelante de la crisis.

Es de esperar que en la reunión de este fin de semana el presidente chino, Hu Jintao, (que partió este mediodía, hora local, de Pekín, acompañado de una delegación entre quienes se encontraban los ministros de Finanzas, Comercio y Exteriores, además del gobernador del banco central, entre otros), sea presionado para usar parte de los 2 billones de dólares de reserva con los que cuenta para reflotar las economías en apuros.

El primer ministro japonés, Taro Aso, ya ha adelantado hoy, de hecho, su intención de prestar al FMI hasta 100.000 millones de dólares para apuntalar las iniciativas del fondo, que ya ha concedido a Islandia, Hungría y Ucrania préstamos por valor de más de 30.000 millones de dólares.

"La reserva extranjera de China está atrayendo más y más el interés internacional", confirma Zhang Quanyi, investigador en la Universidad de Zhejiang (este). "China tiene una larga historia de país ahorrador, y la enorme cantidad de reserva extranjera se ha acumulado por la sabiduría, la energía y los logros del pueblo chino. Creo que EEUU y China tendrán que sentarse a hablar, para establecer un plan a largo plazo, tanto teórico como práctico", apuntó.

Para este experto, China tiene que decidir en qué grado desea participar en las organicaciones internacionales, "pero si el sistema simplemente está dirigido por EEUU, quizá no esté dispuesta a formar parte de él", advirtió.

La cumbre de este fin de semana, pues, puede dar lugar a una mayor contribución de China condicionada, eso sí, a un aumento de la participación de las economías emergentes, según el profesor.

El gigante asiático mejoraría su posición en la institución, inevitablemente, y podría, incluso, verse beneficiado si cede algunos de sus fondos al FMI, en lugar de tenerlos, como ahora, convertidos en deuda estadounidense.

No obstante, el recelo de China a volcarse en ayudar al resto de economías podría verse justificado no sólo por su modelo de política internacional, en el que se evita el protagonismo, si no también por los últimos datos de crecimiento interno, que muestran que la economía china no está tan saneada como se había deseado, a pesar de que sus mercados financieros siguen acorazados y no se han visto afectados de forma directa por la crisis.

Según ha podido saberse esta semana, la producción industrial china creció el pasado octubre un 8,2%, cifra que supone una caída de casi tres puntos porcentuales en tan sólo un mes y el peor dato que registra el país en los últimos siete años.

Apenas unos días antes de que se diera a conocer el dato Pekín anunció, de forma repentina, el lanzamiento de un paquete de 260.000 millones de euros, a gastar en dos años, para mejorar la competitividad de la economía china. La alarma sobre el riesgo de que el dragon chino también se está desacelerando peligrosamente ya ha empezado a cundir, y el propio primer ministro, Wen Jiabao, reconoció esta semana en una reunión interna, de la que después de hizo eco la prensa official, que el impacto de la crisis financiera mundial en el país está siendo "peor de lo esperado".

"La tendencia a la baja de nuestra economía es cada vez más evidente, especialmente desde septiembre. Esta crisis financiera internacional es un nuevo reto para nosotros, y uno muy importante", declaró hoy el subdirector de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, la agencia encargada de la planificación política del país.

"El Gobierno chino será activo (en Washington), pero mantendrá un perfil bajo en las conversaciones sobre la crisis financiera", opina Zhang Ruizhuang, profesor de Relaciones Internacional en la Universidad Nankai, en Tianjin.

"El mundo exterior ve a China como a una ponderosa potencia en ascenso, pero los líderes chinos conocen perfectamente cuáles son los problemas internos y que hay una esperanza excesiva en sus poderes. No quieren estropear las cosas, aunque tampoco quieren tener un papel protagonista", opina Zhang Ruizhuang, profesor de Relaciones Internacional en la Universidad Nankai, en Tianjin.

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