lunes, 17 de noviembre de 2008

Ejecutivos de Opel piden ayuda al gobierno alemán

BERLÍN.- Los desesperados ejecutivos del fabricante de coches alemán Opel, cuya casa matriz, General Motors, se encuentra al borde de la quiebra, pedirán este lunes ayuda a la canciller Ángela Merkel, pero el gobierno alemán ya precisó que no saldrá al rescate del sector.

Opel indicó el viernes que deseaba que el gobierno saliera como garante de sus préstamos, ante el temor de que el efectivo que llega de GM en Detroit se seque y no le permita pagar a sus proveedores, acreedores y 25.700 empleados en Alemania.

Opel representa casi la mitad de los 55.600 empleados de GM en Europa, donde casi uno de cada 10 coches es de una marca propiedad del gigante automovilístico estadounidense, como Opel, Vauxhall, Saab o Chevrolet.

Según informaciones publicadas, los directivos de Opel pedirán 1.000 millones de euros a Merkel, que acaba de regresar de la cumbre del G20 en Washington, para encontrar salidas a la situación que atraviesan. La reunión, que debía comenzar a las 16,30 en Berlín, incluirá también al ministro de Finanzas, Peer Steinbruck, al ministro de Economía, Michael Glos, y al presidente del directorio de Opel.

Steinbruck y Glos también se reunirán el martes con representantes de los cuatro Estados regionales donde Opel tiene sus principales plantas. Los sindicalistas quieren que los fabricantes automovilísticos prometan no suprimir empleos y no cerrar fábricas si reciben ayuda estatal. IG Metall, el mayor sindicato industrial de Alemania, también pidió a Opel a ganar independencia con respecto a GM.

Berlín también debe tener en cuenta que las autoridades antimonopolio de la UE pueden ver con malos ojos una ayuda estatal a Opel porque sería considerada injusta con respecto a otros fabricantes en problemas como el francés Renault o el italiano Fiat.

El portavoz de Merkel, Ulrich Wilhelm, dijo este lunes que era "prematuro" especular sobre el desenlace de la reunión.

El Congreso estadounidense aprobó hace unos meses un programa de garantías de préstamos por 25.000 millones de dólares para ayudar a sus tres mayores fabricantes de automóviles, GM, Ford y Chrysler, pero las firmas indicaron al gobierno que necesitan otros 25.000 millones más.

Merkel, cuyo país, al igual que Estados Unidos, depende en gran parte de la industria automovilística para generar empleos y que la semana pasada entró oficialmente en recesión, no sólo enfrenta problemas con Opel.

Unas 750.000 personas de la mayor economía europea trabajan en el sector automovilístico en dificultades, no sólo para empresas como BMW o Volkswagen, sino también para fabricantes de piezas como Bosch o Continental.

Con el anuncio de desplome de ventas de estas compañías, que recortan personal, detienen la producción y lanzan advertencias sobre sus ganancias, el gobierno alemán se halla baja presión para ayudar a Opel y al resto de la industria.

Pero el gobierno descartó antes de la reunión un rescate de todo el sector. "Un programa coyuntural para el conjunto de la industria automovilística no tiene ningún sentido", dijo el ministro de Finanzas al diario alemán Bild de este lunes.

"El Estado no puede reemplazar el poder de compra privado y tampoco es responsable de los errores cometidos por los industriales", agregó, describiendo el caso como "especial".

Merkel ha anunciado algunas medidas para ayudar a la industria automovilística como parte de un polémico paquete de estímulo económico general, por ejemplo, a través de la exención de impuestos sobre los coches nuevos durante un cierto período, más largo para los modelos menos contaminantes.

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