"Lo que está claro es que la autorregulación no ha funcionado", afirmaron fuentes conocedoras del documento, cuya redacción se terminó ayer por la noche y ha sido remitido esta mañana a Zapatero. Según las fuentes, se trata de extender al sector financiero garantías que ahora son exigibles a las empresas o a los particulares.
En la redacción del documento han participado economistas de bancos de inversión y de los servicios de estudios de entidades financieras, así como personas antiguamente vinculadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en colaboración con el Ministerio de Economía y la Oficina Económica del presidente del Gobierno.
Todos ellos están de acuerdo en que para responder a la crisis financiera internacional es necesaria no "más regulación", pero sí una "mejor regulación" que no provoque ineficiencias en los mercados financieros pero que obligue a ponderar adecuadamente riesgos y beneficios.
Según las fuentes, el documento se basa en tres ejes, empezando por considerar que la crisis financiera es parte de una crisis más sistémica. Por lo tanto, considera que las soluciones para afrontarla deben estar ligadas a un pacto global para relanzar la Ronda de Doha de liberalización del comercio mundial y reimpulsar la lucha contra la pobreza y contra el cambio climático.
El segundo eje consiste en advertir que los llamamientos mundiales para poner "luz" y "transparencia" sobre el sistema financiero internacional no deben dejar zonas en penumbra, es decir, que esa "transparencia" debe llegar también a los paraísos fiscales y a todos los productos financieros, incluidos los 'hedge funds' (fondos de inversión libre) y las llamadas "posiciones cortas".
En tercer lugar, este grupo ha pedido a Zapatero que en la cumbre de Washington ponga en valor el sistema español de supervisión y de provisiones dinámicas, por el cual los bancos están obligados a actuar de manera anticíclica y a aumentar sus provisiones en tiempos de bonanza económica.
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