domingo, 16 de noviembre de 2008

El G-20 destierra el proteccionismo y aboga por una mayor transparencia

WASHINGTON.- El destierro del proteccionismo como arma contra la crisis económica y financiera global y una mayor transparencia son los principios básicos acordados en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países del G-20 celebrada en Washington.

El texto pactado recoge toda una serie de principios básicos, pero también incluye una medida concreta como la aplicación de una política fiscal que impulse la demanda interna. El mensaje más importante de la cumbre quizás haya sido la imagen de unidad de los líderes de los países que suman el 95% del PIB mundial.

En cualquier caso, el propio anfitrión, el presidente estadounidense, George W. Bush, valoró la cumbre como un "importante primer paso", al que seguirán nuevos esfuerzos en próximos encuentros, puesto que "aún queda trabajo por hacer".

Revisar las normas de contabilidad, los salarios de los directivos o la normativa de quiebra, así como la reforma del FMI y del Banco Mundial para dar más voz a las economías emergentes, a las que, según el texto, se intentará dar más financiación, son algunas de las iniciativas citadas. Como principios generales también aboga por una fuerte supervisión de las agencias de 'rating' y la mejora de la información financiera.

El documento da un espaldarazo a las "medidas excepcionales" aprobadas en las últimas semanas por las principales economías del mundo, con Estados Unidos a la cabeza, para estabilizar los mercados financieros. "Estos esfuerzos deben continuar", destaca el texto, aunque matiza que el objetivo último será una reforma que impida que se repita una crisis como la actual.

"Llevará más tiempo que las medidas surtan efecto", reconoció Bush, quien apuntó que "se están empezando a ver algunos resultados positivos de las medidas tomadas en EEUU para hacer frente a la crisis financiera".

Sobre los "principios del mercado, el comercio abierto, la inversión y la regulación eficaz de los mercados financieros" aspiran a sentar las bases para el crecimiento económico, la generación de empleo y la reducción de la pobreza.

Los productos financieros como las hipotecas basura estadounidenses que están en la raíz de la actual crisis no son nombrados de manera directa en un texto que tampoco se cita la falta de regulación del mercado financiero en Estados Unidos, uno de los argumentos más esgrimidos por otras potencias.

La transparencia de los mercados financieros es uno de los compromisos básicos de los dirigentes mundiales, que mejorarán los mecanismos de supervisión y regulación de los productos financieros complejos y garantizarán la "completa y exacta transparencia" de las empresas en lo que respecta a su situación financiera para evitar "riesgos excesivos".

Otra de las propuestas que podría tener consecuencias inmediatas es la relativa a las medidas de política monetaria, es decir, respalda las bajadas de tipos de interés de los bancos centrales de ambos lados del Atlántico e incluso sugiere que se vaya más allá en una vía ya adoptada por la Reserva Federal estadounidense, que ha fijado los tipos en el 1 por ciento, o Japón, que los tiene en el 0,30 por ciento.

La reforma del modelo fundado en la Conferencia de Bretton Woods, tras la Segunda Guerra Mundial y la de sus instituciones más significativas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, están ahora, gracias a la Cumbre de Washington, en la agenda de las principales potencias.

Ambas entidades, objeto de duras críticas en los últimos años, han recibido una nueva legitimidad, pues el documento hecho público destaca su importancia en la salida de la crisis por su capacidad para dar liquidez de forma inmediata a un sistema paralizado por el temor a los productos financieros contaminados.

Otro objetivo a medio plazo será dar "mayor voz" a las economías emergentes para reflejar en las instituciones de Bretton Woods los cambios efectivos registrados en un guiño claro a países como China, Brasil, India o México, participantes en la cumbre e inicialmente escépticos ante la misma.

La otra gran institución del sistema económico internacional, la Organización Mundial del Comercio (OMC), también está presente en una declaración que aboga por lograr avances en las negociaciones para la liberalización del comercio mundial antes de que finalice este mismo año. La conocida como ronda de Doha ha estado estancada desde hace años debido principalmente a las reticencias de los países ricos a acabar con los subsidios agrarios e industriales.

El director general de la OMC, Pascal Lamy, se felicitó por el "muy necesario" impulso dado por la cumbre a la ronda de Doha. "El G-20 ha proporcionado un impulso político muy necesario a la ronda de Doha", señaló Lamy a través de un comunicado en el que solicitó que "este compromiso de alto nivel para mejorar el sistema mundial de comercio es vital para el éxito de las negociaciones. Lo necesario ahora es que este fuerte respaldo se traduzca en acciones sobre la mesa de negociación".

El invitado de última hora de la cumbre, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó tras la cumbre su optimismo ante la recuperación económica y financiera a nivel mundial gracias a esta cumbre, que ha aportado "certidumbre" y "acuerdo" sobre las medidas a aplicar para superar la crisis.

Zapatero destacó la voluntad de "cooperación" de todos los países para remontar la actual situación, aunque reconoció que las reformas acordadas en la cumbre "llevarán su tiempo".

En este sentido, el presidente del Gobierno explicó que del documento aprobado por el G-20 en Washington se extraen cuatro conclusiones: el compromiso de reactivar la economía mundial; la necesidad de reforzar el funcionamiento de los mercados financieros para poner orden y seguridad; la reforma del FMI y el Banco Mundial para dotarlos de mayor legitimidad y el compromiso de que no habrá medidas de proteccionismo, algo que, a su juicio, "sería un gravísimo error".

Respecto a la presencia de España en las próximas cumbres que se celebren, Zapatero afirmó que nuestro país seguirá aportando ideas para consolidar su posición en el seno del G-20. Mucho más optimista se mostró el presidente francés, Nicolas Sarokozy, quien afirmó tras la cumbre que "seguro" que España estará en las próximas reuniones internacionales

La próxima cumbre de reforma del sistema financiero internacional se centrará en evaluar los progresos logrados en el plan de acción pactado este sábado y en la reforma de las instituciones financieras internacionales. Su celebración se recoge en las conclusiones de la reunión de Washington, aunque no se dice el lugar ni la fecha concreta, sólo que debe ser antes del 30 de abril.

Sin embargo, las especulaciones apuntan directamente a Londres como sede de la próxima reunión e incluso se espera que la siguiente cumbre podría tener lugar en Italia en julio del mismo año con el formato de un G-8 ampliado.

España, que no forma parte del G-20, ha estado en la cumbre de Washington gracias a que Francia le ha cedido uno de los dos puestos que le correspondían: uno en tanto que presidencia de turno de la UE y otra en tanto que miembro del G-8. El Gobierno español aspira a consolidar esta presencia y a participar de manera permanente en estos debates.

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