miércoles, 12 de noviembre de 2008

El G-20 intentará redefinir las reglas de juego de las finanzas

WASHINGTON.- La cumbre del G20 de países industrializados y emergentes este fin de semana en Washington es sólo el comienzo de una reforma de los mercados financieros y de las prácticas que generaron la crisis actual, estiman analistas.

La reunión tendrá lugar en un contexto de continuas perturbaciones en el sistema financiero y crecientes señales de que la economía mundial avanza hacia lo que muchos temen será una recesión larga y duradera.

Las masivas intervenciones de los Gobiernos por billones de dólares para apoyar y rescatar los bancos y estimular la economía han fracasado hasta ahora en frenar la crisis, y los líderes políticos llaman a hacer más.

¿Pero qué exactamente? El modelo de sistema financiero moderno, de libre mercado, se ha mundializado, mientras la regulación y el control permanecen en gran parte bajo control nacional, algo que debe ser resuelto, según analistas.

La cumbre del G20 "es sólo el comienzo, aunque prometedor", dijo el martes en Roma el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que espera que en la reunión se saquen las conclusiones de una crisis que "nació de la anarquía generalizada de los mercados".

"Necesitamos reconstruir las bases de la economía mundial, refundar el sistema financiero", agregó el mandatario brasileño.

Muchos países que participarán en la reunión llamaron a una mayor regulación de los mercados, que asumieron inversiones cada vez más arriesgadas al relajarse los controles oficiales desde los años 80, cuando buscaban una forma de capitalismo más pura y eficiente.

Este modelo está hoy en día desacreditado, y políticos, economistas y analistas promueven una larga lista de eventuales soluciones. Entre éstas figuran:

- Los paraísos fiscales y nuevos tipos de operadores financieros, especialmente los fondos especulativos, deben regirse por el marco regulatorio para que los complejos flujos de capital y de inversión sean más transparentes.

Transparencia significa un alto nivel de información sobre los negocios que están teniendo lugar, el capital que está siendo utilizado y el riesgo asumido.

- Los sueldos del sector financiero y los bonos deben adecuarse para alentar prácticas conservadoras en vez de la toma de riesgos descontrolados que implicaron que los bancos estadounidenses concedieran créditos a personas con más deuda de la que jamás podrían pagar.

- Las agencias de calificaciones, que debían juzgar y calificar los niveles de riesgo corporativo pero fracasaron en emitir alertas cuando la situación lo precisaba, deben ceñirse a las normas.

La lista de temas que abarcará la cumbre es larga y difícil, y complica la tarea de llegar a un consenso.

"A raíz de la innovación en el sector financiero, la regulación se ha visto atrasada de manera consistente. Al mismo tiempo, demasiada regulación sólo alentará a la industria financiera a mudarse aún más hacia refugios offshore", estimó Gunther Capelle-Blancard, profesor de la Universidad París I.

Sin embargo, no todos los Gobiernos buscan este objetivo y algunos quieren mantener tanta libertad como sea posible para sus sectores financieros ya que un aumento de la regulación puede elevar el costo de estos servicios.

La mayoría de los Gobiernos europeos, liderados por Francia, así como China, quieren un cambio.

"Pero Estados Unidos, y posiblemente Gran Bretaña, serán reacios a ser muy duros con sus sectores financieros, que representan más de 10% de su Producto Interno Bruto (PIB)", dijo Henry Sterdyniak, economista de la OFCE, el centro de investigación económica del Instituto de Ciencias Políticas de París.

El anfitrión de la cumbre, el presidente estadounidense saliente, George W. Bush, posiblemente no asuma compromisos que aten de manos a su sucesor demócrata, Barack Obama, que no participará en la cumbre.

"Con la crisis económica, ideas sobre la necesaria complementariedad del mercado y del Estado y un reparto más equitativo de la riqueza han ganado fuerza", estimó Jezabel Couppey-Soubeyran, de la Universidad París-I.

Potencias económicas emergentes como China, India y Brasil, estiman analistas, querrán que sus voces sean escuchadas en la cumbre y en las nuevas o modernizadas instituciones mundiales que apliquen una nueva regulación.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, dos instituciones claves creadas al finalizar la Segunda Guerra Mundial, deben ser reformadas para asegurar una mayor participación en la política de la nueva economía mundial, consideran los expertos.

Para enfrentar los problemas económicos subyacentes, el G20 intentará coordinar acciones, y grandes esperanzas reposan sobre gigantes emergentes como China, que el fin de semana anunció un paquete de estímulo económico masivo por 586.000 millones de dólares (455.000 millones de euros).

"Tenemos que convencer a los estadounidenses de ahorrar más y a los chinos de ahorrar menos y gastar más", dijo Sterdyniak.

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